viernes, 28 de diciembre de 2007

Soria se adelanta al futuro


Hace algunos años –y por motivos que no vienen al caso- decidí cambiar de compañía telefónica. Dejé de ser usuario de Telefónica para serlo de Retecal, compañía de cable modesta, pero honrada (dentro de lo que cabe, claro). No pasó mucho tiempo hasta que Retecal fue absorbida por Ono, compañía más grande y más fuerte que empezó a obsequiarme con algunas perlas cultivadas. En primer lugar, quitaron el dominio usuarios.retecal.es y todas las cuentas de correo que teníamos bajo este dominio; la carta que nos comunicaba tal pérdida empezaba con la frase siguiente: “Ono, para mejorar el servicio que presta a sus clientes, ha decidido sustituir el dominio usuarios.retecal.es por ono.com…”. Al poco tiempo, el número de teléfono de incidencias pasó de ser gratuito a ser de pago, cosa que nos fue comunicada por Ono con la misma coletilla: “Ono, para mejorar el servicio que presta a sus clientes, ha decidido sustituir el número gratuito al que usted llamaba por otro de pago”. ¿Nos toman por tontos? Por motivos que tampoco vienen al caso, retomé mi romance con Telefónica, romance que relaté a mis anchas en otra entrada de esta bitácora.

La reciente campaña “Soria se adelanta al futuro”, del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, me ha recordado ese estilo cínico y patibulario del que alardeaba Ono en sus cartas. Los sorianos vamos a ser los conejillos de indias del apagón analógico televisivo antes que el resto de los españoles; para más inri, nos lo venden como si fuéramos el no va más del progreso.

En mi familia nos van a hacer la pata polvo. Hay en casa dos televisores analógicos del año 89 y del 92, y voy a tener que comprar sendos receptores TDT con la incertidumbre de que mis televisores cavernarios puedan cascar del todo poco después de realizar la obligada inversión y antes de que el plazo se cumpla para el resto de España.

Y encima parece que nos están haciendo un favor.

domingo, 30 de septiembre de 2007

La Reverdie


Del todo hastiado por los fastos de Machado en Soria y afectado aún por la resaca del autobombo del Otoño Musical Soriano (un buen festival que no ha conocido este año su mejor edición, pero sí la más exitosa), para mí ha sido un soplo de aire fresco el maravilloso concierto que las chicas de La Reverdie acaban de dar en el refectorio del monasterio cisterciense de Santa María de Huerta. Debo confesar que nunca las había visto en directo, aunque sí había escuchado con fruición dos de sus discos (Bestiarium y Speculum amoris).

Si buenos son sus discos, mejores son aún cantando y tocando en vivo. Las dos hermanas de’ Mircovich (Ella y Elisabetta) y las dos hermanas Caffagni (Livia y Claudia) son unas artistas excepcionales, que dominan todos los resortes de la interpretación de la música medieval. Yo estaba acostumbrado a ver en estas lides a otros cantantes que cantan y no tocan (o tocan de esas maneras) y a otros instrumentistas que tocan y no cantan (o cantan para salir del paso), pero estas italianas cantan a las mil maravillas (con unas bellas y afinadísimas voces nada o escasamente impostadas) y tocan varios instrumentos con consumada maestría. Y tocan y cantan a la vez como si tal cosa. Les da lo mismo cantar a cappella, que tocar estampies sólo con instrumentos, que mezclar instrumentos y voces. El resultado siempre es magnífico.

Además de dominar la técnica, interpretan este repertorio con una musicalidad que se demuestra tanto en la ejecución, llena de vida (con esos reguladores y esos ritardandi que no sabíamos si se utilizaban o no en la Edad Media, pero que no disuenan), como en las instrumentaciones, delicadas y llenas de sabiduría.

No se ha anunciado lo suficiente este concierto, ni los dos anteriores que el conjunto La Reverdie ha dado en pueblos de Soria. Ni se llenaron las sillas dispuestas en el refectorio del cenobio hortense, ni vi allí a la gente de Soria capital que suele desplazarse a estos eventos. Da igual: las Caffagni y las de’ Mircovich se emplearon a fondo y el escaso público aplaudió como si fueran multitud.

martes, 25 de septiembre de 2007

Muertes cercanas en el tiempo


Carmina Ordóñez y Jerry Goldsmith murieron más o menos por las mismas fechas. Ella era una persona cuyos méritos desconozco; él, uno de los compositores de música cinematográfica más gloriosos de los últimos tiempos. El País les dedicó más o menos el mismo espacio a una y a otro. Sin comentarios.

Con tan sólo once días de diferencia murieron la cantante Rocío Jurado y el compositor György Ligeti. Si mal no recuerdo, El País dedicó cuatro páginas de su sección de cultura a la muerte de la tonadillera (dos más a su entierro el día siguiente) y una simple nota necrológica de agencias a la del compositor, uno de los más destacados de la segunda mitad del siglo XX. Las muchas páginas que El País dedicó a la Jurado no se debieron tanto a la gran cantante que fue como a la sofocante y morbosa atmósfera que el telecotilleo creó en torno a su agonía.

Hace poco murieron Antonio Puerta y Francisco Umbral. El País dedicó tanto o más espacio a la muerte del joven futbolista que a la del polémico, pero consagrado escritor. El espacio que dedicó el periódico madrileño al óbito de Puerta no fue consecuencia de su calidad como futbolista, sino del mucho tiempo que otros medios menos serios dedican al balompié.

Mal me parece que ciertas cadenas privadas de televisión aprovechen la concesión del gobierno y la libertad de expresión para emitir programas de cotilleo que envilecen a los espectadores y destruyen lo poco que desde otros ámbitos se puede hacer en favor de la cultura y del fomento del buen gusto. Y mal me parece que los telediarios –especialmente los de esas cadenas privadas- sean un cúmulo de muchos sucesos, unas cuantas curiosidades intrascendentes y grandes cantidades de fútbol (o de sus entresijos).

Pero me duele más aún que El País, un periódico serio, se deje arrastrar por esos otros medios de comunicación y dedique más espacio del que debe a unos asuntos y menos del que debe a otros.

La Joven Orquesta Sinfónica de Soria, hoy

El 23 de mayo de 2007 publiqué en esta bitácora una entrada en la que, ante la crisis desatada en la Joven Orquesta Sinfónica de Soria (JOSS), tomé partido por el antiguo director musical (Alberto Barranco) y por el antiguo gerente (Rafael Suárez). Ante la desidia por parte de los poderes públicos sorianos para convertirla en una orquesta de titularidad pública, terminé diciendo: “de la Joven Orquesta nunca más se supo”. Aunque no niego que también me refería a la crisis interna de la orquesta, la frase en cuestión se refería, sobre todo, a la escasa intención inicial de reflotarla por parte de los poderes fácticos sorianos, como podrán comprobar quienes relean la entrada.

He vuelto a saber de la JOSS porque hace pocos días tuve la ocasión de escucharla dirigida por su nuevo titular, Vicente Alberola Ferrando. Debo reconocer que sonó muy bien y que Alberola es un músico como la copa de un pino. Y tampoco dudo de que la nueva gerencia sea capaz de sacar adelante a la orquesta: incluso es posible que caiga mejor a algunos de esos poderes fácticos, lo que facilitará algunas cosas.

Pero no nos engañemos respecto a lo que siento. Reconozco los éxitos de la nueva JOSS porque es de justicia hacerlo, pero mis sentimientos de gratitud están con quienes están: con mis amigos Alberto y Rafa. Ese apoyo entusiasta que presté a la Orquesta en la prensa local, ese aplaudir de pie hasta que me dolían las manos, ese soltar bravos hasta quedarme afónico… discúlpenme, pero eso no puedo seguir haciéndolo. Porque no me lo pide el cuerpo. Y no me pidan más razones.

lunes, 20 de agosto de 2007

Velocidad máxima



Por motivos que no vienen al caso, he conducido en los últimos días mucho más de lo que suelo. Y he constatado lo mucho que le gusta a la mayoría de los conductores circular a una velocidad que supera a la máxima obligatoria. He estado transitando a cien kilómetros por hora en carreteras nacionales en las que las señales indican que no se debe circular a más de cien y a noventa en carreteras comarcales en las que no se deben sobrepasar los noventa, y salvo una honrosa excepción, todos los coches me adelantaban en un pispás y yo los perdía de vista en menos que canta un gallo. También he podido comprobar como la mayoría de los amigos y conocidos con los que he viajado últimamente en coche hablan sin mayor reparo por sus teléfonos móviles. Y algunos de ellos siguen bebiendo antes de conducir.


Hace no mucho, un periódico de tirada nacional publicó una carta en la que un lector pedía que se elevara la velocidad máxima permitida en España por el simple hecho de que la mayoría de los conductores incumplían esta norma. Ni que decir tiene que estoy en absoluto desacuerdo con este buen señor. Todo lo contrario: no sólo debería haber campañas educativas al respecto, sino medidas punitivas más firmes y exhaustivas. ¿No será más bien que el incumplimiento sistemático de unas normas -lejos de obligar a su supresión- es una de las razones del alto índice de accidentes de tráfico en nuestro país?

miércoles, 11 de julio de 2007

Visión profética del cielo con El Fary comiendo gambas


En la sección de cartas del suplemento XL Semanal (8 de julio de 2007), un lector llamado Luis Alberto Redondo Peña nos describe, con abrumadora lógica, el cielo: “Me queda el consuelo de que en el mismo cielo, compartiendo mojama y gambitas, su tapa preferida, con su idolatrado Rafael Farina, juntos harán que allí todo el mundo baile y cante lo del Torito. Descansa en paz, José Luis, o ¡apatrulla el cielo, Fary!”

Yo siempre he estado absolutamente convencido de que en el cielo había dos salas. En una de ellas estaba el Fary comiendo gambas con gabardina y en la otra Farinelli cantando arias con acompañamiento de viola de gamba. Pero Luis Alberto Redondo nos descubre la cruda realidad: en el cielo hay una sola sala, en la que el Fary come gambas de Huelva y todo el mundo tiene que presenciar el espectáculo sin más alternativa.

Mucho me temo que Redondo lleva razón y que lo que dice es cierto. En primer lugar, porque se le nota muy seguro de lo que dice. En segundo lugar, porque un suplemento serio ha tenido a bien publicar su carta (cosa que yo nunca conseguí). Y en tercer lugar, porque la Iglesia no ha desmentido esta hipótesis, y ya se sabe que la Iglesia no tiene pelos en la lengua a la hora de expresar sus opiniones.

Si el cielo es así... yo prefiero el infierno.

P.D.: Habrá que apatrullar el trullo, pero, si en el cielo sólo están los justos, ¿qué necesidad hay de que lo apatrulle nadie? (Aunque, bien mirado, como allí están Concha Piquer, Estrellita Castro, Imperio Argentina, Juanita Reina y, sobre todo, Rocío Jurado -que se han puesto muy pesaditos diciéndonoslo- tal vez sea necesario que lo apatrulle un poco el Fary para evitar alguna pelea de folcóricas). ¿También irá al cielo Isabel Pantoja?

domingo, 8 de julio de 2007

El Cristo Redentor de Río de Janeiro, nueva maravilla del mundo


De un tiempo a esta parte hemos podido leer y escuchar cómo una curiosa fundación, llamada New7Wonders, tenía la intención de proclamar las siete maravillas artísticas del mundo moderno, a la manera de aquellas siete maravillas del mundo antiguo de las que sólo quedan en pie las Pirámides de Egipto. En España la noticia corrió como la pólvora porque uno de los candidatos a presunta maravilla era la Alhambra de Granada, monumento que al final no ha sido elegido. Como no voy de patriotero por la vida, no voy a protestar por la no elección de magnífico palacio nazarí, pero sí por otro asunto, aparte del tufo un tanto folklórico que exhala la campaña en sí.

En primer lugar, la lista de los candidatos a maravilla rezumaba corrección política, al incluir numerosos monumentos de América y Asia y alguno de África (en detrimento de los pertenecientes a la cultura occidental), cosa que tal vez haya que reconocer como positiva en este mundo globalizado que nos está tocando vivir. Pero sí me pareció indignante la inclusión entre los candidatos del Cristo Redentor del monte Corcovado, en Río de Janeiro (Brasil). No porque esté en Brasil, Dios me libre, sino por su escaso valor artístico en comparación con el resto de las candidaturas y con tantos monumentos no seleccionados.

Cuando me enteré de que las siete neomaravillas iban a ser elegidas por votación ciberpopular me temí lo peor, puesto que Brasil está muy poblado y gran parte de los brasileños son muy aficionados a estos folklores de Internet (y buena prueba de ello es cómo tienen copado ese rollo internáutico llamado Orkut). Mi peores presagios se han visto cumplidos y el Cristo (obra novecentista de un escultor francés –Paul Landowski- a quien ningún manual reconoce la categoría de un Moore, de un Brancusi o de un Calder) ha sido elegido como una de esas siete maravillas en detrimento de las propias Pirámides de Gizeh, de la Acrópolis de Atenas o de Santa Sofía de Constantinopla, y mientras períodos artísticos tan gloriosos del arte occidental como el románico, el gótico, el renacimiento, el barroco o el neoclasicismo no han aportado un solo monumento a la lista de marras.

Mal me parece que el pueblo y no jurados de expertos elija quién debe ganar el Festival de Eurovisión u Operación Triunfo (y así nos luce el pelo, con la mejor cantante de la última edición del reality sin llegar siquiera a la final), aunque uno y otro no pasan de ser meros programas de entretenimiento. Pero la elección de las siete maravillas del mundo, ¿puede quedar en manos de una mayoría inculta de chateros y de personas enganchadas al Messenger? Por muy demócratas que seamos, hay cosas que no deben dejarse en manos del pueblo. Y ésta es una de ellas.

jueves, 5 de julio de 2007

Ansón y las titis


“Hermosa eres, oh amiga mía, dulce y encantadora como Jerusalén, terrible como un ejército en orden de batalla”. Con esta cita del Cantar de los Cantares empieza Luis María Ansón un artículo dedicado en exclusiva a la directora de orquesta Inma Shara, de la que llega a decir lo siguiente: “la crítica especializada en toda Europa ha señalado a la artista vasca como a una de las mejores directoras de orquesta del mundo”. Incluso, para seguir ensalzándola, Ansón reclama que la vasca sea titular de alguna orquesta española y denigra, de paso, a algunos directores extranjeros que trabajan en nuestro país, mostrando una xenofobia impropia de quien va de antifranquista por la vida. Su modesta trayectoria directorial (la de la Shara) se debe, según Ansón, a que el gobierno Ibarretxe la ha excluido de los circuitos musicales vascos. Yo no he llegado a escucharla, pero sospecho que su carrera fuera del País Vasco -por el momento, también discreta- difícilmente puede corresponder a “una de las mejores directoras de orquesta del mundo”.

Gloria Isabel Ramos, sin ir más lejos, ganó un premio más señalado y dirige más que Inma Shara. Y eso que está menos buena -que es a lo que voy- porque Inma Shara está de toma pan y moja e incluso se parece físicamente a Ainhoa Arteta.

Porque me da que a Ansón le pierden las titis. Que le gustan más que comer con los dedos, vaya. Y a veces se le ve el plumero en sus culturales artículos. Llega a ser fea la Shara y tal vez Ansón no le habría dedicado un artículo a ella solita.

Y la Shara no es la única. Vean, si no, lo que el académico escribe acerca de una joven actriz con ese estilo de buen poeta trasnochado que le aflora a veces: “María Figueras se sale. Intensa, cautelosa, sombría, agresiva, intemperante, introvertida, es la nueva juventud independiente y brutal (…) Tiene la mirada ofidia, el muslo recental, los ojos efervescentes, sabor a hembra definitiva. Es la adolescente envejecida que brinca tras el incienso macho.”

Me inquieta eso del "sabor a hembra definitiva". ¿Será una metáfora?

P.D.: ¿A qué sabrán las hembras provisionales? ¿Y quiénes son? ¿Las que luego cambian de sexo? ¿Habrá probado el tito Luis Mari a unas y a otras?

sábado, 2 de junio de 2007

Ruiz-Gallardón, incomprendido por los suyos

Después del comedido ofrecimiento de Alberto Ruiz-Gallardón para ser número dos del PP -por detrás de Mariano Rajoy- en las próximas elecciones generales, el líder de este partido ha mostrado un indisimulado desdén hacia la propuesta del alcalde de Madrid, señalando que hay otros posibles candidatos a ese puesto y recomendándole que sea, precisamente, más prudente.

Señores del PP: su partido no podrá jugar todas sus cartas hasta que Ruiz-Gallardón sea el número uno y el candidato a Presidente del Gobierno. No sólo está suficientemente dotado para ello, sino que tiene carisma (cosa de de la que Rajoy carece) y resulta simpático (a diferencia de Acebes o Zaplana, que tienen una especial facilidad para caer mal). Gallardón es apreciado por el votante de a pie del PP e incluso por personas de otras ideologías; es triste que no sea valorado por el aparato de su propio partido. Además, es el único político popular capaz de arrastrar con garantías a los indecisos y a aquellos votantes que no tienen empacho en cambiar su voto del PSOE al PP (o viceversa) según vengan dadas.

Peor para ellos. Porque, del mal de medio, yo prefiero que siga Zapatero a cualquier líder del PP, por brillante que éste pudiera ser.

miércoles, 30 de mayo de 2007

La ferretería


Debo reconocer que me gusta muy poco el bricolaje. Me hago el remolón si tengo que hacer alguna chapuza de poca monta y cuando, pasado varios meses, me avengo a llevarla a cabo, la resuelvo brillantemente con precinto, silicona o el pegamento de los dos tubitos.


Antes de cada chapucilla tengo que ir a la ferretería. Pero eso me gusta más, quizá porque he tardado cuarenta y cuatro años en darme cuenta de que prefiero gastarme el dinero antes que trabajar.


Conste que en todas las ferreterías de mi pequeña ciudad me he sentido tratado con corrección. Pero hay una que me gusta más que las otras. Es la que está en la zona de bares de copas.


En la ferretería que me gusta trabajan cuatro personas. El padre, que no tiene rival en el arte de copiar llaves; la madre, que ejerce la jefatura del negocio con una suavidad que para sí quisiera más de un jefe de servicio de la Consejería; la dependienta, que lleva trabajando allí desde que yo tengo conciencia y todavía es joven; y la hija, ferretera con estudios por la que profeso una devota y sincera admiración.


Todos ellos son tan diestros en venderte tacos fischer como en ejercer el noble y casi olvidado arte de la charla. Si les pides portalámparas, sacarán todos los que tienen y, si quieres, te los glosarán uno a uno con tanta precisión como calma. ¿Que no sabes colocar el portalámparas? Te lo explicarán con todo detalle para que tú mismo puedas hacerlo y no tengas que pedirle ayuda al amigo manitas o al vecino de al lado. Si la tienda está llena y han terminado de atenderte te despedirán con un saludo cortés y tú te irás a la calle. Pero, si no hay gente... entonces podrás disfrutar de un ratito de charla a una, dos, tres o cuatro bandas, según el número de ferreteros que estén libres.


Algunas dependientas de otros negocios han desarrollado una remilgada oratoria popular que les hace parecer señoritas Penélope Glamour de Castilla la Vieja. Hablan despacito y, con un tono de voz impostado, dicen: “sí, bonitaaa; sí, cariñooo; sí, cielooo; sí mi amooor”, en un inútil empeño en hacerse las simpáticas. Sin embargo, mis cuatro ferreteros son afables por naturaleza y hablan con la misma pasmosa naturalidad con la que escribía Borges, que lo hacía mejor que nadie sin necesidad de usar palabras rimbombantes.


No niego que compro en el híper y, antes de llenar el carro hasta el culo con cereales americanos, chorizo Palacios y pizzas de Casa Tarradellas, antes aún de cultivar mi lumbago con la caja de leche, echo a veces en el carro vacío alguna de esas cajitas de insulso plexiglás transparente con un número asquerosamente redondo de escarpias, cáncamos o tirafondos. Pero que nadie me diga que es lo mismo. No lo es.


Vivo cerca de una ferretería. Mi madre vive al ladito de otra. Pero cuando ella me llama para que le cuelgue un cuadro en su casa, mis cansadas piernas, desafiando la ley de la gravedad y la de la lógica, empiezan a subir la cuesta que lleva a la zona de los bares de copas. Allí, en la ferretería, compro los tacos y las escarpias y bajo otra vez la cuesta que lleva a casa de mi madre, después de dar un rodeo:

- Mira, mamá, con qué taco más pequeño voy a colgarte el cuadro: es un taco fischer del cinco. Auténtico. Nada de imitaciones.

domingo, 27 de mayo de 2007

Leonardo y las TIC

En los centros de formación del profesorado de mi región vienen dándonos la tabarra con la vital importancia de la informática y los medios audiovisuales, que ahora reciben el pomposo nombre de TIC. Incluso, nuestro influyente jefe de Valladolid ha establecido la obligación de introducir un módulo de las susodichas TIC en todos y cada uno de los cursos, seminarios y grupos de trabajo que éstos centros organicen. ¿Se imaginan una sesión sobre "El proyector multimedia en el cuidado y mantenimiento de los instrumentos musicales"? ¿Y otra sobre "La importancia de la pizarra digital interactiva en la práctica de la carrera campo a través"?

Hace poco, el teólogo de la Liberación Leonardo Boff ha honrado con su presencia a mi pequeña ciudad. Renunciando a la mesa de nogal añejo que había en la sala, se adelantó y, de pie, pronunció una charla perfectamente estructurada en una lengua que no es la suya y sin mirar un triste esquema. Abrumado por tanta sabiduría y con tan pocos medios, me acordé del oscuro jefe de Valladolid: ahí tenía que haber estado, a ver si se le callaba la boca un poco.

miércoles, 23 de mayo de 2007

La Joven Orquesta y el balonvolea


La Joven Orquesta Sinfónica de Soria (JOSS) ha sido, tal vez, el proyecto cultural más interesante de los últimos años en esta pequeña ciudad castellana. La forma en que está gestionada (por los padres de algunos de los músicos) hacía, no obstante, difícil su continuidad, pues aquéllos quieren una orquesta para sus hijos -sin que éstos tengan que revalidar sus méritos- y no admiten la figura de un gerente que pueda quitarles poder. El excelente director musical de esta orquesta, Alberto Barranco, ha pedido la celebración de pruebas de admisión y la contratación de un gerente, lo cual ha chocado con la postura de los padres y ha provocado su renuncia, precedida por la del presidente y la vicepresidenta de la Asociación Cultural que gestiona la centuria. En un artículo publicado hace poco en la prensa local, pedí que los poderes públicos asumieran la titularidad de esta orquesta para salvarla y hacer de ella un proyecto perdurable.

Por las mismas fechas se anunció la inminente disolución –por falta de patrocinadores- del equipo de balonvolea de la misma ciudad, equipo que tantos títulos ha conseguido y tanto lustre le ha dado.

Ni que decir tiene que en seguida surgieron voluntarios para salvar al equipo de balonvolea. De la Joven Orquesta nunca más se supo.

Éste es, desgraciadamente, el concepto de cultura que se tiene en mi tierra.

lunes, 14 de mayo de 2007

Raquel Andueza


Las primeras cantantes españolas que destacaron en la música antigua se apellidaban igual. Desconozco si a Montserrat Figueras y a Pilar Figueras les unía algún lazo de parentesco, pero su estilo era muy parecido y marcó una época: Pilar cantaba en el Clemencic Consort de Viena; Montserrat, en Hespèrion XX. Con el paso del tiempo, a Pilar Figueras se le dejó de oír; mientras tanto, su homónima Montserrat sigue ligada a los múltiples proyectos de su marido –Jordi Savall- más allá de donde la prudencia vocal aconseja.

Después surgieron voces interesantes como la de Isabel Álvarez o la de María Villa, pero la nueva hornada de cantantes españolas de música antigua no cristaliza hasta que surge la zaragozana Marta Almajano, quien fuera musa del grupo Al Ayre Español en sus primeros años. La Almajano hereda en parte el estilo de Montserrat Figueras, pero con los medios vocales de una cantante en plenitud de facultades.

Después de Marta Almajano ha llegado una joven generación de cantantes españolas dedicadas a la música antigua, entre las que podríamos citar a María Luz Álvarez, a Núria Rial, a María Espada o a Raquel Andueza. Todas ellas son dignas de admiración, pero uno no puede disimular su preferencia personal por la Andueza.

Después de escuchar con terca insistencia muchos de sus discos, fui a verla en vivo por primera vez este domingo. A ella y al resto de Los Músicos del Buen Retiro en Las Amazonas de España, ópera de Giacomo Facco con libreto de Cañizares. El concierto fue una fiesta, y la Andueza demostró todas las virtudes vocales que la adornan: una voz joven y bella, una inteligibilidad absoluta del texto, una musicalidad sin tacha y una expresividad manifiesta, tanto en lo puramente vocal como en el admirable trabajo gestual.

Gracias, Raquel.

lunes, 7 de mayo de 2007

Banderas inconstitucionales

Es posible que mi mente funcione a piñón fijo, pero casi todas las cartas al director de lectores de diferente orientación política a la mía me parecen aburridas, reiterativas y cortadas por el mismo patrón. Sin embargo, de vez en cuando encuentro alguna que me sorprende, y exclamo: “Mira, uno de derechas (o un nacionalista) razonable”. Supongo que lo mismo les ocurrirá a ellos.

Hace poco, Manuel González Ferrer (uno de estos sagaces lectores de derechas) mandaba una carta a El Mundo (04/05/2007) en la que, con una lógica inapelable, argumentaba que la izquierda se queja amargamente de que en las manifestaciones convocadas por el PP hay alguna bandera franquista, tildándola de inconstitucional, pero esas mismas personas de izquierdas nada dicen de la presencia de banderas republicanas en sus manifestaciones, cuando éstas también son inconstitucionales. Nada que alegar: me rindo ante la evidencia.

Pero, no obstante, me gustaría resaltar una sutil diferencia entre el significado de una y otra bandera, ajenas ambas a los dictados de la actual Constitución de 1978. La bandera franquista reivindica una dictadura; la tricolor, otra forma de estado dentro de la democracia. La bandera franquista nunca fue fijada como la bandera oficial española por ninguna constitución, sino por las leyes de un régimen que se impuso por la fuerza; la bandera republicana fue fijada por la Constitución del único régimen en el que los españoles decidieron sobre la forma de estado que querían.

Porque a los españolitos de hoy no se nos ha planteado una consulta aparte para decidir sobre la forma de estado que queremos: tuvimos que elegir entre la perpetuación de la dictadura franquista, por una parte, y un nuevo régimen democrático, monarquía incluida, por otra. Lo lógico habría sido un primer referéndum para aprobar una constitución democrática y un segundo referéndum para reformar o no la anterior y decidir sin trampa la forma de estado que quería la mayoría de los españoles. Pero ese segundo referéndum nunca se ha celebrado.

Aún estamos a tiempo de que se convoque. Ahora (cuando nuestra democracia está consolidada y ya no hay peligro de que vengan los rojos con su tridente y su rabo) sería un buen momento.

lunes, 30 de abril de 2007

Azúa y Sánchez-Verdú

Hace más de un año tuvo lugar una polémica en las páginas de El País, en la que el escritor Félix de Azúa lidió con varios compositores españoles residentes en Alemania a propósito de Arnold Schoenberg y de la validez del concepto de vanguardia en el mundo actual. Uno de estos compositores era José María Sánchez-Verdú, "cuya tarjeta de presentación (profesor de Composición de la Robert-Schumann-Hochschule de Düsseldorf. Berlín. República Federal de Alemania) podría parecer la de una marquesa de Serafín a quien no conozca estas escuelas de la Alemania profunda)" (Azúa, "Triste atraso de los avanzados", El País, 09/12/2005).

El sábado pasado, El País (el mismo periódico que consintió que Azúa repondiera a una carta al director de Verdú con toda una Tribuna Libre) dedica la portada y las dos páginas siguientes de su suplemento cultural Babelia al estreno en el Teatro Real de la última ópera de Verdú; el domingo, El País Semanal dedica un reportaje a este mismo evento.

Seguro que a Félix de Azúa se le hacen los ojos chiribitas al ver cómo ese compositor cuya importancia desconocía (a las pruebas me remito) va a estrenar en el Real una ópera basada en una novela de Juan Goytisolo, envuelta además por un despliegue mediático desconocido en la música contemporánea española.

Félix, confiésalo: ¿A que se te haría el culo pepsicola por estar en el lugar de Goytisolo?

Juan Manuel de Prada y la música

En un artículo titulado "El valor del arte" (Xl Semanal, nº 1018), Juan Manuel de Prada comienza relatando un experimento impulsado por el Washington Post que consistió en que el reputado violinista americano Joshua Bell hizo las veces de un músico callejero en el metro de Washington para observar las reacciones de los transeúntes. Frente a los pronósticos de los promotores de la idea, Bell obtuvo una modesta cantidad de dinero, nadie hizo corrillo para admirar su arte y tan sólo una persona se dignó saludarlo después de haberlo reconocido.

De Prada termina su artículo planteando la hipótesis inversa: si un violinista callejero no especialmente dotado hubiera suplantado a Joshua Bell en una de las mejores salas de concierto del mundo, "el público habría aplaudido a rabiar, arrobado ante la pericia del virtuoso. Y así se habría demostrado más descarnadamente que el arte es el reino de la engañifa, donde los mercaderes pasean orgullosos al rey desnudo". Como melómano y como músico, me siento ofendido. Primero, porque creo que si se hace una acusación tan grave (ponernos a los melómanos de ignorantes para arriba) se debería partir de hechos consumados y no de una hipótesis suya. Y segundo, porque si de Prada fuera un verdadero melómano, sabría que es relativamente fácil distinguir a un buen violinista de uno malo. ¿Por qué no ha trasladado esa hipótesis a la literatura? ¿Por qué no ha dicho que si un negro del montón escribiera la próxima novela de García Márquez todo el mundo la aplaudiría como una obra maestra? ¿Acaso cree que en la literatura reina la verdad y en las artes plásticas y en la música domina el engaño?

domingo, 29 de abril de 2007

El "desdeísmo"

Un cierto espíritu de no asumir responsabilidades en la Administración Pública ha calado hasta el propio lenguaje, en el que se ha puesto de moda el empleo impersonal de la preposición ‘desde’ y del pronombre reflexivo ‘se". Cuando el director provincial de turno toma una decisión ya no se dice "El Director Provincial ha dicho..." sino que se dice "Desde Dirección Provincial se ha dicho que..." (como verán, el uso de ‘desde’ adquiere su máxima efectividad cuando se asocia a la supresión del artículo -una de las mayores pestes idiomático-televisivas de los últimos tiempos, por otra parte-). Es una forma de escurrir el bulto y de suavizar el hecho de que el Director Provincial haya mandado tal o cual cosa, no sea que luego se equivoque y la liemos.

Subimos un peldaño: el Consejero de Educación de la Junta de Castilla y León, Francisco Javier Álvarez Guisasola, acaba de escribir una carta en la que dice lo siguiente: "Desde la Consejería de Educación venimos trabajando en medidas como la creación del Observatorio Regional para la Convivencia (...)". Yo creía que desde la citada Consejería podían comunicarte, hacerte saber, incluso aconsejarte o desearte tal o cual cosa. Pero trabajar, yo creía que se trabajaba en la Consejería y no desde ella ("en el caso de que en ese sitio trabajen", diría un malpensado). En fin: que ya no se contentan con abusar de una expresión que, en sí, no es incorrecta, sino que ahora tienen que emplearla mal del todo para quedarse satisfechos.

¿Te da cuen?

martes, 24 de abril de 2007

Telefónica de las narices

Estimados señores de Telefónica (con tilde): porque ustedes me cobraron repetidas veces unas llamadas que yo no hice, dejé de ser cliente suyo y me cambié a otra compañía de teléfonos. Un tiempo después -y por motivos que no vienen al caso- volví a contratar sus servicios. Aunque yo había dejado de ser cliente suyo (y como tal me hicieron esperar un mes hasta que volvieron a darme línea), ustedes conservaban todos mis datos, especialmente los bancarios. En un pispás volví a ser su cliente. Además, me preguntaron si quería no aparecer en la guía de teléfonos, a lo que contesté que quería no figurar ni en su guía de papel ni en sus guías de Internet.

Para volver a pillarme como cliente, ustedes tenían todos mis datos. Eso sí: de la carta que les mandé para no recibir propaganda y para no que no suministraran mis datos a terceras empresas se olvidaron como si fueran amnésicos. Y cuando recibí meses después en mi domicilio la última edición de la guía de teléfonos, ahí estaba yo: ahí y en Internet. Les llamé y me dijeron que tenía que volver a mandarles otra carta en cuestión para arrelar el desaguisado. Volví a llamar y una amable señorita me dijo que no hacía falta, que lo solucionaría todo con esa misma llamada, y que si tal cosa no fuera posible ella misma me llamaría para pedirme disculpas.

Por supuesto, mi teléfono siguió en Internet y nadie me pidió disculpas. Y un banco ha tomado mis datos de la guía para llamarme a la hora de la siesta ofreciéndome sus servicios. ¡Manda cojones que para pillarte por los huevos baste con una simple llamada pero para que te los dejen de tocar haya que mandar una carta! (una carta a Telefónica y otra a cada una de las catorce mil empresas que han tomado tus datos de las guías de Telefónica).

Por lo tanto, y en cumplimiento de lo dispuesto en la Ley Orgánica 15/1999 de 13 de Diciembre, de protección de datos de carácter personal, como cliente de Telefónica de España, ejerzo los derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición y manifiesto que no deseo figurar en guía de teléfonos alguna ni en listado alguno de Internet, que no quiero recibir publicidad suya por vía telefónica ni de SMS y que me opongo a que suministren mis datos a terceras personas y terceras empresas para que puedan ponerse en conmigo por esas ni por cualesquiera otras vías.

Y si vuelvo a darme de baja como cliente suyo y vuelvo a contratar sus servicios, no quiero tener que volver a mandarles más cartas en mi puta vida: que con ésta baste para que no me vuelvan a dar la brasa.

Y para que sea público y notorio, lo publico en mi cuaderno de bitácora el día de hoy.



lunes, 16 de abril de 2007

Serrat y Sabina, en Soria

Voy a intentar resumir los acontecimientos: los cantautores Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina van a emprender una gira conjunta por España e Hispanoamérica que ha despertado una gran expectación en ambos continentes. La gira comienza el 29 de junio, Viernes de Toros en Soria. A la Consejera de Cultura, Silvia Clemente, se le ocurre vincular la gira a las actividades de homenaje a Machado (sería un acto machadiano pelín cogido por los pelos, pero no vamos a ponernos tiquismiquis por eso ahora). Por primera vez, la Consejera piensa en Soria antes que en Segovia para inaugurar una actividad machadiana y puja ante la productora de los dos cantantes para que Soria sea el escenario del inicio de tan esperada gira. Con la mayor naturalidad del mundo (y siguiendo la forma de pensar de cualquier español no soriano), Silvia Clemente afirma que el concierto “se enmarcaría dentro de las fiestas de San Juan”, para darles realce y ornato (Diario de Soria del martes, 10 de abril de 2007). Silvia Clemente no sabe que Soria es diferente al resto del mundo y que, sobre todo, las fiestas de San Juan son diferentes al resto de las fiestas del mundo mundial, con lo que se habrá quedado con tres palmos de narices cuando se enteró de que la Alcaldesa de Soria se opone a que el concierto se celebre porque coincide con un día de las citadas fiestas. Al final, la Alcaldesa, apoyada por colectivos vinculados a los sanjuanes, se sale con la suya y consigue que Serrat y Sabina canten en Soria otro día y que nuestra ciudad pierda la oportunidad de ser el escenario de tan esperado estreno.

La mayoría de los sorianos apoyan en este lance a la alcaldesa y se oponen a profanar el Viernes de Toros con un concierto sin canciones sanjuaneras. El editorialista de Diario de Soria, la periodista del mismo medio Pilar Pérez Soler y un servidor nos quedamos prácticamente solos a la hora de defender en público la pertinencia de este concierto en el día de marras, aun a riesgo de perder nuestra integridad física.

Le pregunto a la Alcaldesa: ¿qué problema habría habido en que el concierto se hubiera celebrado el Viernes de Toros si se celebra a distinta hora y en distinto lugar que las dos corridas? ¿Qué problema habría habido en que hubiera tenido lugar en la Plaza Mayor a las diez y media de la noche, una vez acabados los toros de la tarde? Un poco más tarde, en cualquier verbena, grupos del montón cantan canciones ajenas (de La Oreja de Van Gogh, de El sueño de Morfeo o de El Koala, pongo por caso) con notable éxito de público. ¿Acaso van a ser menos Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina cantando sus propias canciones, acompañados por instrumentistas de auténtico lujo? ¿O tal vez hay miedo de que sean las verbenas –financiadas indirectamente por el Ayuntamiento- las que puedan perder su clientela? ¿Qué día va a haber más gente en Soria para poder escucharlos, si no coincide la hora, tengan o no plaza en un hotel?

De un modo consciente, la Alcaldesa ha dicho que tan señalado día casi nadie vendría a escuchar a estos dos cantautores. Pero inconscientemente ha pesado en su pronunciamiento la atávica y unánime creencia soriana en que el espíritu sanjuanero es tan grande como para llenar, per se, los cinco días de fiesta y como para poder permitirse el lujo de excluir cualquier otro tipo de actividad, lúdica o cultural. Lo cual contribuye a afianzar la actitud de una significativa minoría de sorianos que ponen tierra de por medio o se recluyen en sus casas, y que tal vez se animarían a quedarse en Soria o a salir a la calle si se les ofreciera alguna alternativa de ocio al sol, al vino y a los toros.

Cuando Silvia Clemente pensó en el concierto para dar realce machadiano a nuestras fiestas, se puso en el lugar del munícipe de cualquier otra ciudad a la hora de organizar las suyas. Por ejemplo, Pamplona ofrece con éxito durante sus fiestas una completa programación de conciertos de música popular urbana. ¿Son los sanfermines menos sanfermines por contaminar su esencia pamplonica y fetén con conciertos de pop y de rock? ¿Dejaron de de salir en televisión el chupinazo y los encierros hace algunos años porque ese mismo año actuaron los Mojinos Escocíos en otro lugar de Pamplona y a otra hora? ¿O más bien estas y muchas otras actividades paralelas ayudan a que haya en Pamplona actos para todos los gustos y edades y una menor proporción de gente que intenta zafarse en bloque de sus fiestas? Nuestras entrañables Compra, Saca, Toros, Agés, Calderas y Bailas no cubren las veinticuatro horas del día y hay muchas horas muertas en las que –a diferencia de cualquier otra ciudad- no se organiza nada y no hay más alternativa que trasegar cuantos quinces de morapio aguante el cuerpo y ponerse a bailar por la calle.

¿Sería posible que la polémica suscitada por este acontecimiento abriera por fin un sereno debate -inédito hasta ahora- en la prensa, la radio y la televisión sobre el sempiterno carácter intocable de los sanjuanes, sin los insultos de grueso calibre que intercambian sanjuaneros y antisanjuaneros en un conocido foro de internet? ¿Sería posible que saliera a la luz que hay gente que se va fuera de Soria en fiestas y gente que sale de su casa lo mínimo imprescindible? ¿Sería posible que en esas horas en las que no hay festejos se organizaran actividades de ocio a las que podrían asistir tanto antisanjuaneros como algunos sanjuaneros (no todos, intuyo) como se hace en tantos otros pueblos y ciudades?

Como todos los años, entraré en fiestas (y este año en dos cuadrillas: en la mía y en la de mi amigo Pablo, que este año es jurado). Iré por las dos tajadas el sábado y las guisaré con la receta del goulash, como vengo haciendo de un tiempo a esta parte. Y poco más. Pero, si se hubiera celebrado el concierto el viernes por la noche, este cuerpo serrano habría ido, con el ánimo henchido, a escuchar al Serrat y al Sabina. Ahora, sin embargo, no me quedará más remedio que quedarme en casita la noche en cuestión, escuchando a lo lejos cómo el grupo que toca en la verbena del Salvador versionea Y nos dieron las diez con harto menor talento.

(Publicado en El Mundo-Diario de Soria el 12/04/2007).

domingo, 8 de abril de 2007

"El encuentro tendrá lugar en trece días": ¡vaya un partido largo!

Hace poco puse un mensaje a un amigo inglés para ir a tomar una copa, al cual él me respondió en un impecable castellano: “estaré allí dentro de poco más de media hora”.

La lengua natal de mi amigo es aquella en la que es correcto decir “Gianni Schicchi will start in five minutes”, pero cuando habla castellano, dice que nuestra cita será dentro de poco más de media hora. En cambio, la inmensa mayoría de los presentadores españoles de televisión (personas que tendrían que velar por la corrección del idioma, pues influyen en millones de espectadores), emplean impropiamente la preposición ‘en’ en aquellos casos en los que deberían utilizar la expresión ‘dentro de’, pasándose por el forro el consejo del Diccionario panhispánico de dudas. Millones de españoles de a pie cometen ya el mismo error por culpa de la televisión, cuando hace algunos años no lo cometían.

Hace no mucho tiempo yo creía que esos periodistas y presentadores televisivos introdujeron ese anglicismo erróneo por el deseo de ser originales y por no expresarse igual que el común de los mortales. Ahora creo que están emprendiendo una consciente y oprobiosa campaña para cambiar, adrede, una expresión por otra. Tal vez me esté obsesionando y no sea ese el motivo, vaya usted a saber.

Pero no me apeo de un burro: desde esta humilde bitácora imploro que todos desterremos este uso erróneo difundido por la televisión y que sigamos empleando en su lugar la vieja expresión ‘dentro de’.

sábado, 31 de marzo de 2007

¿Un Orfeo de referencia? ¡Y un jamón!

En el número 216 de la revista Scherzo (febrero de 2007), Alfredo Brotons Muñoz hace un repaso a toda la discografía del Orfeo de Monteverdi y destaca al final cinco versiones: las dos de Harnoncourt, la de Jacobs, la de Garrido y la segunda de Sergio Vartolo, grabada “para, con una golpe de auténtico crack, ganar punto, juego, set, partido y torneo. El tenis y el arte tienen en común estas cosas” (página 129). Pasando por alto esta última afirmación (yo siempre pensé que en el arte no había vencedores ni vencidos), me dejé llevar por tales ditirambos y me la hice regalar para mi cumpleaños, por delante de otras obras de las que no tenía ninguna grabación. Se me antojó, vamos.

Qué quieren que les diga: comparada con las grandes, esta versión de Vartolo adolece de unos tempi en exceso lentos y de falta de brío y de mordiente. William Mateuzzi (Orfeo) está espléndido desde los puntos de vista vocal y estilístico, pero un tanto inexpresivo. Los demás miembros del reparto tampoco consiguen superar una impresión de fría e idiomática corrección, dirigidos por un Vartolo que abusa de la lengüetería del órgano positivo en solitario para acompañar muchos pasajes, en vez de currarse alguna instrumentación más variada. Tan sólo Sara Mingardo (La Mensajera y Proserpina) consigue aunar la belleza vocal y la depurada técnica con la verdadera musicalidad que uno espera de los cantantes de una versión que pasa por ser referencia absoluta.

Creo que esta versión no le llega a la suela del zapato a la de Gardiner, que ni siquiera es destacada por Brotons como una de las mejores de esta ópera genial.

viernes, 23 de marzo de 2007

Busco chica para cantar canciones de Sergio y Estíbaliz en un karaoke

Aunque lo normal es ir fardando por ahí de lo exquisitos que son los gustos de uno mismo (y declarar lo mucho que a uno le gustan Debussy, Ravel, Lutoslawski y Takemitsu, por no decir Scelsi o Sciarrino), todos tenemos un lado oscuro, aunque nos cueste reconocerlo. A mí, por ejemplo, me pierden las canciones horteras, tanto en su vertiente italiana (desde Claudio Baglioni hasta Laura Pausini) como en la española (verbigracia, las que escribió el ínclito Juan Carlos Calderón para Mocedades).

Pero, igual que todo buen degustador de sinfonías de Bruckner pega batutazos al aire en la intimidad de su casa, el amante de las canciones de Calderón ha probado a cantarlas cuando nadie le ve. Y para eso son mucho mejor las que escribió para el dúo formado por Sergio y Estíbaliz que las que escribió para Mocedades, que con tanta voz uno no sabe dónde agarrarse. Así que propongo que destapemos nuestro lado musical más oscuro y salgamos –metafóricamente- del armario musical; de paso, aprovecho esta humilde bitácora (que dudo mucho de que alguien lea) para buscar alguna chica que se atreva a cantar las partes de Estíbaliz en un karaoke mientras yo canto (es un decir) las de Sergio. Volver, Tú volverás, Búscame o Piel son monumentos donde los haya al horterismo musical en estado puro, pero también pedazos de canciones con unas melodías y unos arreglos setenteros de un lirismo arrebatador.

domingo, 4 de marzo de 2007

¡Qué Cruz!

Desde hace varios años, un servidor viene constatando una verdadera campaña en los medios de comunicación para convencernos al común de los mortales de lo buena actriz y de lo guapísima que es Penélope Cruz. La mayoría de la gente se lo cree. Yo no: nunca me ha parecido especialmente guapa (por más que la cirugía, la peluquería, el maquillaje y el vestuario se alíen con ella cada vez más), ni me parece que sea una de las mejores actrices españolas de su quinta (de hecho, en sus primeros papeles me parecía una actriz deficiente, aunque he de reconocer que ha ido aprendiendo).

En Volver, de Almodóvar, la he visto trabajar bien por primera vez. Y si los medios de comunicación ya insistían en lo buena actriz que era cuando no lo era, imagínense ahora, cuando por fin la chica lo hace verdaderamente bien: nos hemos visto abrumados con una auténtica saturación informativa. Para mis adentros, yo deseaba con todas mis fuerzas que le dieran el Óscar a Helen Mirren: no tanto porque creo que la británica lo merecía con creces (que también) sino para que no se lo dieran a Penélope Cruz. He dicho.