viernes, 15 de agosto de 2008

La Noche Cromática desaparece (por desgracia)


La noticia se ha confirmado: Jacobo Durán-Loriga (que comparte la dirección y la presentación de La Noche Cromática con María Santacecilia) ha dicho durante la emisión de su propio programa que éste dejará de emitirse a primeros de septiembre.

Quien quiera firmar una carta de protesta contra la supresión de este programa para enviarla a un periódico de difusión nacional, que me envíe un correo electrónico a rinconpocho@yahoo.es. Os responderé con el texto de la carta para que, si os parece bien, lo firméis.

Un saludo.

domingo, 4 de mayo de 2008

¿Desaparecerá La Noche Cromática?

En los mentideros musicales madrileños circula el rumor de que el programa de Radio Clásica La Noche Cromática tiene las noches contadas. No ha habido ninguna comunicación oficial de RNE en este sentido: se trata, lisa y llanamente, de un rumor.

La Noche Cromática es una de las mejores cosas que me han pasado en los últimos cuatro años. Estoy gozosamente enganchado a este programa, y mis infidelidades hacia él son contadas: alguna cena y, sobre todo, la asistencia a algún concierto en vivo. LNC ha conseguido formar parte de mi propia vida.

Confío en que eso que circula por ahí sea, como decía Javier Krahe, un burdo rumor. Un pajolero bulo, vamos. Espero que cuando se presente la nueva programación de Radio Clásica, mi programa favorito siga ahí, para los restos.

Si alguien sabe algo más sobre el asunto, que deje un comentario en esta entrada.

lunes, 21 de abril de 2008

Respuesta a José María, del Camino Neocatecumenal



Hace poco me llegó al correo electrónico la notificación de un nuevo comentario en mi bitácora. Sospeché que se trataría de un exabrupto más de algún alumno, escrito en la incomprensible jerga de los SMS, pero me sorprendió encontrarme con un largo comentario bien escrito y firmado por José María, un miembro del Camino Neocatecumenal residente en Madrid. Por su interés, decido contestarle en una entrada aparte, en vez de en la sección de comentarios:

Comienza José María así su comentario: “Querido Pocho: me parece que eres un pobre hombre que no tiene ni idea de lo que escribe y que ha escrito este artículo porque se aburría o para ocupar espacio.” ¿No tengo ni idea de lo que escribo? Creo que la suficiente como para poder expresar mi opinión sobre lo que escribo, le guste o no a quienes me tachan de ignorante. ¿Aburrirme? Tengo la suerte de que me divierte casi todo lo que hago, o al menos no me aburro. Hoy por hoy, meterse en una clase de tercero de ESO es de todo menos aburrido. ¿Ocupar espacio? Rincón del Pocho es una bitácora en la que escribo por gusto, cuando quiero y sin ninguna obligación de hacerlo ni de rellenar espacio.

Sigue diciendo José María que él tiene principios, y que duda seriamente de que los tenga yo. ¿Por qué? Él tiene sus principios y yo tengo los míos: que unos y otros principios no coincidan no tiene que suponer que yo carezca de ellos. Sigue diciéndome: “¿Alguna vez te has molestado tú en echarle una ojeada a los libros de dicha asignatura (la Educación para la Ciudadanía)? No lo creo” Tiene razón. Lo único que he mirado es el currículo de la asignatura en el boletín oficial, pero no he leído los libros. Ni ganas que tengo, tratándose de una asignatura que ha quitado horas a otras asignaturas más importantes, como música, plástica o incluso a Filosofía, cuyos profesores pueden verse obligados a impartir esta curiosa asignatura y tener, en consecuencia, que reducir las horas dedicadas al razonamiento filosófico. Yo también estoy en contra de esta asignatura, pero por motivos totalmente diferentes al PP, a la Conferencia Episcopal y a sus grupos afines.

José María dice: “no se trata ya de estar o no en la Iglesia (que yo por cierto lo estoy)”. Y yo también. Puede que con menos vehemencia y con menos intensidad que él, pero yo también considero que yo estoy en esa Iglesia. De hecho, uno de los grupos con los que simpatizo se llama así: “Somos Iglesia”.Nuesto caminante dice: “la Iglesia admitió hace tiempo que la teoría de Darwin sobre la evolución del mono al hombre es cierta, y lo es”. De acuerdo: las teorías de Teilhard de Chardin fueron aprobadas por la Iglesia en época de Pablo VI y con el espíritu del Vaticano II todavía vivo. Todo lo contrario a lo que sucede en nuestros días, en los que Benedicto XVI (precedido en esto por Juan Pablo II) está caminando por la vía contraria a aquel concilio. ¿Qué sucede? ¿Seguimos al Vaticano II en lo que nos interesa y en lo que no nos interesa no? Sigue diciendo José María que “la sociedad griega no es el origen de nuestra cultura, sino de la democracia y poco más. El verdadero origen de esta cultura está en el cristianismo, sin el cual Occidente no sería nada”. Por supuesto que no voy a minimizar la grandísima influencia que el cristianismo ha tenido sobre la civilización occidental, pero la Grecia clásica ha influido enormemente en la propia cultura cristiana. ¿O acaso las teorías de San Agustín o Santo Tomás no son tan deudoras de las de Platón o de Aristóteles –respectivamente- como de la propia doctrina cristiana? ¿La arquitectura de la Grecia y la Roma Clásicas no han influido, entonces, en las iglesias renacentistas y barrocas más que la arquitectura paleocristiana?

Sigue afirmando José María que es católico, “de los ‘kikos’ a los que veo que tanto desprecias, y que por cierto se llama Camino Neocatecumenal, no ‘kikos’ ”. Créanme, por favor, cuando les digo que si en algún momento he utilizado la expresión “kikos” ha sido porque creía que se trataba de un apelativo cariñoso (derivado del hipocorístico Kiko, con el que gusta de motejarse uno de los fundadores del Camino). Por supuesto, jamás volveré a utilizarlo. Por cierto, ¿de dónde se saca José María que yo desprecio a los miembros del Camino Neocatecumenal? Primero, no les he dedicado a ellos una entrada aparte; después, siempre he reconocido como positiva su contribución al mantenimiento de la tasa de natalidad de nuestro país (ya que otros no hemos tenido arrestos de hacerlo) y la redención de muchos de sus miembros, que de otra manera estarían abocados a un presente de marginación y delincuencia. Lo que sucede es que mis ideas están en las antípodas de las de Kiko Argüello. Y al igual que mucha gente de derechas entiende por ‘respetar’ hacer cumplir forzosamente a los demás lo que ellos quieren que se respete, otros muchos identifican la diferencia y la discrepancia con el desprecio. Nada más lejos de la realidad en mi caso.

Sigue diciendo José María: “por último, la Iglesia ha tenido también grandes filósofos, como San Pablo”. Perdone, amigo, pero todavía está por ver el manual que cite a San Pablo como filósofo. Muchos han sido los filósofos de inspiración cristiana (desde los citados San Agustín y Santo Tomás hasta Jacques Maritain o Gabriel Marcel), pero ni siquiera los manuales escritos por autores de esta inspiración (como el de Eugenio Frutos) citan como filósofo a San Pablo, cuya capital importancia en la organización y expansión del primer cristianismo nadie se atrevería a negar.

Concluye José María: “Para otra vez, ¿por que no piensas un poco mejor lo que vas a escribir?” Si por “pensar un poco mejor lo que voy a escribir” él entiende que me calle o que profese a piñón fijo las misma ideas que profesa él, voy a seguir escribiendo tan a la ligera como he hecho siempre.

viernes, 11 de abril de 2008

Apuntaos al grupo de correo de Amigos de Radio Clásica

Estimados amigos:

Hace ya varios meses creé un grupo de correo electrónico que aglutinara a los oyentes de Radio Clásica que quisieran intercambiar opiniones y experiencias sobre la primera emisora española que emite música clásica las veinticuatro horas del día. El grupo estaba abandonado pero me he acordado de él, así que tengo idea de activarlo de nuevo, ahora que la cadena tiene un nuevo director (Fernando Palacios) con un perfil más que interesante.

La página del grupo es la siguiente:

http://es.groups.yahoo.com/group/amigosderadioclasica/

Y la dirección a la que deberéis escribir los correos es ésta:

A ver si la iniciativa tiene algo de éxito.

Gracias y un saludo.

viernes, 28 de marzo de 2008

“Anda, pollo, cállate de una vez”


Hace poco me han sucedido dos pequeñas historias de esas que le dejan a uno mal cuerpo.

El día 22 de marzo de este año tuvo lugar el primero de estos hechos, que fue protagonizado por un conductor. Acabábamos de bajarnos del autobús que nos llevó de nuestra pequeña ciudad a la Estación de Autobuses de la Avenida de América de Madrid y en esa misma estación nos dispusimos a coger uno de esos autobuses verdes (los comprendidos entre el 281 y 285) que paran en un macrohotel en el que suelen pernoctar los usuarios no madrileños del aeropuerto . En el andén estaba parado un 281 y su conductor estaba dentro; cuando me dispuse a preguntarle el tiempo que iba a tardar en salir el vehículo, el hombre me dijo de un modo tajante que con esas maletas no podíamos subir. Me quedé planchado y buscamos un taxi que nos cobró más de diecisiete euros, cuando podríamos haber resuelto el mismo trayecto con cuatro picadas de un metrobús. Ni que decir tiene que a los autobuses verdes (y a cualquier otro autobús urbano) se puede subir con maletas. Pero acabábamos de toparnos con una de esas personas que hacen el mal por puro placer porque tienen las espaldas cubiertas: al fin y al cabo, nadie iba a denunciarle, pues las personas con las que se ceba no son de Madrid y se van, ipso facto, a un destino más o menos lejano en el que pasarán unos días para luego volverse a sus casas. Serían entre las ocho menos cuarto y las ocho de la tarde y el caritativo conductor era un hombre de edad cercana a la jubilación, moreno, no muy alto y tal vez con entradas.

Salí dolido de aquel episodio y, como no tengo más recurso que éste, lo publico en esta humilde bitácora.

El 28 de noviembre, en el autobús de vuelta que nos trajo de Madrid a nuestra pequeña ciudad estaban sentadas cerca de nosotros dos veinteañeras de impecable factura externa y ruidosos teléfonos móviles. Una morena y una rubia, como en La verbena de la Paloma. Ya en mi provincia, la rubia saca un ordenador portátil, lo sitúa entre ella y su compañera de asiento, lo enciende y se ponen a ver fotos de musculosos místeres de torso desnudo con una música frente a la cual el Chiqui chiqui de Rodolfo Chikilicuatre parecía mismamente la novena de Mahler. Y a un volumen considerable. Mi mujer hace un gesto de desaprobación y yo me lanzo a ofrecerle a la rubia en préstamo unos auriculares para que los demás no tengamos que escuchar su música; como alternativa le planteo (craso error) que baje el volumen. Asimismo, le digo que en cada asiento de ese autobús hay tomas de auriculares para que nadie tenga que escuchar ni la película ni la música del vecino. Lo baja y me dice que si es suficiente, le digo que tendría que quitarlo del todo (insistiendo en la idiosincrasia sonora de esa compañía de autobuses) y la buena señora me dice de malos modos que tendría que haberme limitado a pedirle que lo bajara sin darle tanta explicación. Yo le dije que la única manera como yo pido las cosas es intentando dar razones. Entonces la moza deja de mirarme y dice, con un tono de desprecio digno de mis peores alumnos:

-Anda, pollo, cállate de una vez.

Primera humillación. Y no sé qué le dije a continuación, porque aceptó el préstamo de mis auriculares para compartirlos con su compañera de asiento, la morena de estudiados rizos. Yo le dije que se los quedara y ella me dio las gracias con desgana (la verdad es que se lo dije no por bondad sino porque no quería que ningún miembro de mi familia se manchara los oídos con la cera de la beldad en cuestión). Segunda humillación: el portátil sigue sonando, la rubia se guarda los auriculares, no me los devuelve (si no los usa, para qué se los queda, digo yo) y llegamos a mi ciudad. No tengo arrestos de pedirle que me los devuelva: soy asín de cobarde.

Ella se baja del autobús a fumarse su pitillo rubio para luego seguir en el autobús hasta su destino; nosotros nos vamos a casa.

Salí dolido de aquel lance y, como no tengo más recurso que el del pataleo, también publico la divertida anésdota en esta bitácora.

jueves, 20 de marzo de 2008

Cocido en cuaresma


Juan Ramón Santos Fernández, en una carta publicada en El País el 19/03/2008, se queja de la imposibilidad de comer cocido maragato en cinco restaurantes de Astorga un viernes de cuaresma y se pregunta: “¿Quién decide lo que se come en esta ciudad, la tradición, la Iglesia, la Junta de Castilla y León? Si llegan hasta aquí, es que tienen demasiado poder sobre nuestras vidas, sobre nuestra educación, sobre nuestros gustos y orientaciones sexuales y, para que nada se escape a su control, sobre nuestros estómagos.”

¿Quién decide qué comidas se ofrecen en los restaurantes? Muy fácil: sus dueños. Yo apoyaría a Santos si hubiera formulado la misma queja sobre cualquier comedor de un organismo oficial. Pero los restaurantes son empresas privadas, y sus dueños y jefes de cocina son libres de elegir los platos de sus cartas, sean cuales sean sus motivos. Tan libres como lo es Santos de de quejarse por ello.

sábado, 15 de marzo de 2008

Objetores contra la Eduación para la Ciudadanía

Una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía da la razón a un colectivo de padres que se han declarado objetores de conciencia contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía, asignatura que de otro modo tendrían que cursar sus hijos en la ESO. La sentencia se basa en que los padres tienen derecho a educar a sus hijos en libertad y conforme a sus propias convicciones morales. Y yo me pregunto: amparándonos en esta misma filosofía, ¿por qué no objetar contra la asignatura de Biología? Es una asignatura en la que se enseñan las teorías evolucionistas de Darwin a nuestros hijos, cuando tenemos derecho a educarlos en la creencia de que el hombre no viene del mono sino que fue creado por Dios a su imagen y semejanza. ¿Por qué no objetar contra la Física y la Química? ¿Mi hijo va a tener que estudiar que el universo nació de un big-bang, cuando mis convicciones morales me dicen que Dios lo creó en seis días? ¿Por qué no objetar contra la asignatura de Historia, en la que se enseña a nuestros hijos que el origen de nuestra cultura es una sociedad pagana y politeísta como la griega? ¿Por qué no objetar contra la Educación Física, basada en un absurdo culto al cuerpo? ¿Y contra la Música, en la que se les enseña que el mejor compositor de la historia es un luterano llamado Bach? ¿Por qué no objetar contra la Historia del Arte, asignatura en la que les enseñan multitud de esculturas y pinturas de desnudos? ¿Y contra la Plástica -no les dé por mandarles dibujar alguno de esos desnudos-? ¿Y contra la Filosofía, con tanto filósofo ateo, tanto hereje y tanto marxista?

Aunque don Alejandro Tiana (que es quien manda en Educación) se ponga gallito, nos da lo mismo: como los alumnos pueden pasar de curso con cuatro asignaturas suspensas… hasta cuatro, tenemos dónde elegir.

lunes, 3 de marzo de 2008

La abyecta moral de YouTube

Hace no mucho tiempo recibí la noticia de la desigual batalla que libró el llamado "Padre coraje de Móstoles" contra YouTube, conocida página de Internet en la que los descerebrados que vejaron a su hijo discapacitado colgaron varios vídeos en los que se veían tales vejaciones. El padre en cuestión, obrero jubilado sin conocimientos de inglés, envió a los responsables de la citada página innumerables correos implorando que descolgaran esos vídeos vejatorios. Pasaron varios meses sin que las súplicas de aquel buen hombre surtieran efecto alguno, y tan sólo el impacto mediático que tuvo el caso en la prensa y televisión españolas consiguió que se retiraran esos vídeos. En YouTube hay colgadas de forma permanente vejaciones varias ejercidas contra discapacitados, profesores y otras personas, y sólo sentencias judiciales pueden obligar a los responsables de esta página a que descuelguen esos vídeos.

Un amigo informático me dijo que el control personalizado de los vídeos que llegan a YouTube es imposible porque YouTube dejaría de ser entonces un negocio. Lo creí hasta que me sucedió la siguiente anécdota: estas Navidades un amigo me envió por correo electrónico una felicitación navideña en forma de simpático vídeo de contenido erótico (que no pornográfico), vídeo que quise reenviar a los miembros de un grupo de correo electrónico, pero el grupo en cuestión tiene una limitación mayor en cuanto al tamaño de los archivos adjuntos que la habitual en los correos individuales. No me quedó más remedio que colgar el vídeo de YouTube y enviarles a estos colegas un correo con el enlace en vez de con el vídeo.

A los cuatro o cinco días me llegó un correo electrónico de YouTube informándome de que mi vídeo había sido retirado por “contenido inapropiado”. Mi amigo informático se había equivocado: hay control personalizado en esa página. Por curiosidad, me puse a buscar vídeos eróticos en YouTube y no existen. La moral de YouTube es muy peculiar: mientras consienten que vejaciones varias sean colgadas y permanezcan de forma indefinida, cualquier contenido mínimamente erótico es descolgado a la primera de cambio.

Eso me recuerda a la vieja moral reaganiana: las escenas de desnudos dejaron de aparecer en las películas y series de televisión americanas, mientras que los productos más violentos (en las que los malos siempre eran vietanamitas, chinos, iraníes o sudamericanos) estaban a la orden del día. YouTube es algo mucho peor: ha elevado esa vieja moral cinematográfica y televisiva reaganiana a la cruda realidad.

Me dan asco.

martes, 12 de febrero de 2008

El nuevo sentido de la palabra 'respetar'


En un reciente debate televisivo, el presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco, resumió así su postura: "defendemos un modelo de familia y pedimos que se respete". Que yo sepa, todo el mundo respeta el matrimonio heterosexual formado por un hombre y una mujer, matrimonio que no sólo va a poder seguir existiendo, sino que va a seguir siendo, de lejos, el más abundante en nuestro país.

Hace bien poco, Mariano Rajoy dijo que si ganaba las elecciones obligaría a los inmigrantes a "respetar las costumbres españolas". Que yo sepa, los inmigrantes ya respetan -salvo contadas excepciones- nuestras costumbres. Por ejemplo, ningún inmigrante reprocha a los españoles que atavíen a sus hijas con un uniforme de cuadritos para ir al colegio.


Sin comerlo ni beberlo, la derecha ha creado un nuevo significado para la palabra "respetar": obligar a que los demás cumplan forzosamente aquello que quieren que se respete.

domingo, 3 de febrero de 2008

Las contradicciones de los obispos


Yo tenía a La Conferencia Episcopal Española por gente muy inteligente (y con la que rara vez coincido, por cierto), pero creo que últimamente se están cubriendo de gloria. Han convocado actos en defensa de la familia, cuando siempre han excluido la posibilidad de que ellos mismos y el resto de los sacerdotes pudieran formar una. Alguno de ellos ha dicho que en España corren peligro la democracia y los derechos humanos, cuando la propia Iglesia impide elegir democráticamente a sus representantes (el Vaticano no es precisamente un estado democrático) y cuando el propio Vaticano jamás ha firmado ni apoyado ninguna declaración de derechos humanos. Dicen que la enseñanza de la religión católica está perseguida por el Estado, cuando en un estado aconfesional como el nuestro hay toda una red de centros católicos concertados mantenidos con dinero del contribuyente y cuando la asignatura de religión católica es impartida en centros públicos por profesores elegidos por el obispado y pagados por el Estado. Han pedido, implícitamente, el voto para el PP porque el PSOE apoya el aborto, cuando en los ocho años de gobierno de José María Aznar no se hizo nada por derogar la ley que lo posibilita, ni Rajoy va a derogarla tampoco. En fin, han pedido que no se vote al partido que ha negociado con ETA, cuando son notorias la tibieza con la que buena parte del episcopado vasco ha tratado a su entorno y la poca solidaridad que han mostrado con las víctimas del terrorismo (y cuando también es notorio que Aznar negoció con ETA y sus medios de comunicación afines lo aplaudieron).

Señores obispos, ¿son posibles más contradicciones en menos tiempo?