sábado, 14 de marzo de 2009

A vueltas con la supresión de 'La noche cromática' (respuesta a Juan Rosas)


El musicólogo Juan Rosas, en su bitácora Viva Radio Clásica, escribe un extenso comentario sobre la supresión de La noche cromática en el que se dirige a mí, como persona que encabezó una carta (publicada en su momento por Público y por Scherzo) en la que 107 personas protestamos contra la supresión del citado programa misceláneo. Le agradezco la cortesía y me permito responderle aquí mismo.

Dice Juan Rosas que nunca encontró demasiada química entre los presentadores de La noche cromática; yo opino todo lo contrario. Precisamente si la supresión de LNC ha generado tantas protestas ha sido, en buena parte, por la química existente entre Jacobo Durán-Loriga y María Santacecilia. Puede que los conocimientos de esta pareja no sean superiores a los de algunos de los afectados por el ERE, pero es precisamente el entendimiento entre ambos una de las factores que ha hecho que este programa haya sido tan apreciado por su numeroso público. Es difícil que alguno de los nuevos magacines genere la misma química que generaba LNC, pues sus comentarios son leídos y no repentizados; lo demuestra el hecho de que se produce más química cuando alguna de las nuevas presentadoras de RC forma pareja con Palacios en Música sobre la marcha que cuando está al lado de su compañero de magacín, al no poder leer el guión y mostrarse así más espontánea. Buena parte de la química entre Jacobo y María venía dada por el sentido del humor que adornaba a ambos, por la aparente lucha de sexos y edades que se traían entre manos y por lo diverso de sus caracteres: frente a la mordacidad de algunos comentarios de Jacobo se contraponía la dulzura de María. En abstracto –y a modo de ejemplo- un programa como Acompasa2 nunca podrá generar tanta química como LNC, pues los comentarios de Martín y de Beatriz son indistinguibles unos de otros, al estar cortados más o menos por el mismo patrón: biografía del autor-historia de la obra-historia del estreno. Aunque no me consuele del todo, debemos alegrarnos de que siga habiendo una pareja "antigua" en Radio Clásica con muchísima química: la formada por los excelentes Gonzalo Pérez Trascasa y Ramón Marijuán, única pareja no mixta de la actual programación.

Sigue diciendo Rosas: “en todo caso, no puedo estar de acuerdo con la campaña de Pocho (…) porque creo que se retiró de parrilla a profesionales de un nivel aún superior como José Iges, Aracil o Araceli y nadie dijo nada (…). De hecho, nadie ha organizado campañas a favor de éstos, ni ha montado todo este aparato, cuando lo merecían si acaso mucho más que Jacobo y María (al menos, por tener muchos años más de experiencia).” Si ello fue así, se debe a dos motivos: en primer lugar, porque yo fui el promotor de la recogida de firmas y yo fui quien decidió el tema de la protesta (la supresión de LNC y el consiguiente despido de Jacobo y María) porque me lo pedía el alma; en segundo lugar, porque todos los demás profesionales que cita Rosas se acogieron voluntariamente a la prejubilación marcada por el ERE; en cambio, La noche cromática fue suprimida (y Durán-Loriga y María Santacecilia despedidos de Radio Clásica) en contra de su voluntad, lo cual es bien distinto. Lo que no quita que yo no aprecie a García del Busto, Pepe Rey, Aracil, Iges y tantos otros funcionarios de la Casa acogidos al ERE, al igual que algunos de los firmantes de la carta, que, a la par que suscribían el texto, se solidarizaban también en sus correos electrónicos privados con estos valiosísimos comentaristas. Y no sólo protestamos en su día contra la ausencia de ciertos trabajadores, sino contra la infrautilización de dos magníficos profesionales aún en activo como Pérez de Arteaga y Ana Vega Toscano, que han visto mermadas las horas de sus programas y la frecuencia de sus retransmisiones.

Lo que es un asunto de pura discrepancia musical se ha querido ver, para desviar la atención, como un problema económico y político. Para que pareciera un asunto económico se ha propalado intencionadamente la especie de que los artífices de La noche cromática ganaban un dineral (se quería justificar así, en parte, su despido) y que los presentadores de los nuevos magacines son poco menos que mileuristas que demasiado hacen a cambio de lo poco que cobran, porque ningún catedrático va a querer hacer un programa por tan poco dinero. Supongo que Radio Clásica nunca ha tenido el presupuesto que una empresa de sus características merecía, pero también creo que hay varios indicios que demuestran que su situación financiera tampoco es crítica: en primer lugar (y a diferencia de la etapa Berea, en la que sólo LNC estaba presentada por un dúo mixto) los principales programas de la nueva hornada están presentados por parejas, y ya se sabe que un programa presentado por dos es más caro que uno presentado por una sola persona. En segundo lugar, ha aumentado el número de programas con unos títulos de crédito más largos (realizadores, productores y técnicos de sonido). Y en tercer lugar, el propio Palacios ha declarado que una de una de las peticiones que hizo a sus superiores fue la contratación de más técnicos de grabación, para poder transmitir conciertos de más orquestas españolas. Volviendo a los sueldos de Jacobo y María, son exageradas y falsas las cifras que se han publicado en algún foro; por otra parte -y si hemos de creer lo dicho por otro interviniente en uno de los foros citados más abajo- los salarios de los presentadores de los nuevos magacines no son o ya no son los de unos mileuristas, sino unos sueldos bastante dignos, cosa de la que cualquier persona bienintencionada no puede sino alegrarse.

También se han querido politizar las protestas a la nueva orientación de Radio Clásica, adjudicándonos a sus críticos una filiación de extrema derecha y adscribiéndonos al blog de J. C. Deus en Periodista digital. Me consta que Durán-Loriga y María Santacecilia no tienen vínculo alguno con el señor Deus y créanme cuando les digo que la primera vez que yo lo leí fue en el artículo titulado "Radio Clásica peligra". Con Deus sólo tengo en común situarme en contra de la nueva Radio Clásica; por lo demás, Deus pide más música y menos palabras y yo no necesariamente, pues siempre que he dado la cara para defender algún programa de Radio Clásica (A contraluz y Música Reservata en su momento, La noche cromática más recientemente) han sido programas “de autor”. Sí es cierto que el blog de Deus era, antes de la creación del foro de Radio Clásica, el principal lugar en el que podíamos expresar nuestros comentarios contrarios a la nueva RC y aún quedan foreros que prefieren este medio por motivos evidentes: hay menos trolls, no hay censura e incluso algunos intervinientes se sienten ahí más a salvo de posibles espionajes cibernéticos que en el foro de RNE, de cuyos responsables no terminan de fiarse.

Otro de las posturas esgrimidas por Rosas y por otros defensores de la actual Radio Clásica es el victimismo, pues creen ser el objeto de comentarios ofensivos y ultrajantes. Perdonen, pero quienes tenemos más derecho a sentirnos víctimas somos nosotros. La nueva generación de Radio Clásica está trabajando muy a gusto en RNE; por el contrario, han sido Jacobo Durán-Loriga y María Santacecilia quienes se han visto obligados a engrosar las listas del paro. Ustedes tienen la Radio Clásica que deseaban tener y disfrutan de ella; nosotros la sufrimos y echamos de menos la de antes. Teniendo la sartén por el mango, toda esta exhibición de victimismo se debe a que no esperaban el aluvión de críticas recibidas o, más bien, a que estas críticas no han amainado con el paso del tiempo. Es cierto que algunos comentarios aparecidos en el citado blog de Periodista digital son, sí, duros, pero no recuerdo yo que sean especialmente ofensivos ni insultantes. En cambio, me parece intencionado que Juan Rosas omita el hecho de que el foro de Radio Clásica está lleno de trolls partidarios de la nueva programación que sí han llegado a insultar a sus detractores, tanto a quienes escriben -como ellos- bajo seudónimo, como a personas de carne y hueso como quien firma estas líneas; estos mismos trolls han intentado recalar también en el foro de Deus, aunque con menor fortuna. Frente a lo que dice Rosas, nadie ha tildado de usurpadores, que yo sepa, a los artífices de los nuevos magacines, aunque las comparaciones con la defenestrada Noche cromática son lógicas e inevitables. Recién despedidos Durán y María Santacecilia, Palacios pintó de color de rosa la aparición de una “nueva generación de Radio Clásica” que iba a ser poco menos que la reencarnación de José Luis Téllez con la lozanía y la belleza de la juventud; la constatación de que estos colaboradores tampoco eran lo que se esperaba de ellos suscitó los inevitables comentarios e hizo que no nos olvidáramos de LNC.

Ironiza Juan Rosas sobre la existencia de la censura en el foro de Radio Clásica (“según dicen”, espeta el musicólogo). Aunque ningún mensaje mío ha sido suprimido, yo he visto en vivo y en directo la supresión de algún mensaje al poco de ser publicado y doy crédito a otros foreros que sí han sufrido cómo se borraba alguno de los suyos (uno de ellos, Pocoyo_Pato, no es en absoluto una persona sospechosa de criticar la nueva programación, lo que demuestra, por otra parte, la torpeza de la mano que borra). Mientras críticas serias y respetuosas a la nueva orientación de RC han sido suprimidas inmisericordemente, mensajes ofensivos dirigidos contra personas de carne y hueso (y contrarios a las normas de respeto que deben imperar en cualquier foro) siguen colgados sin que nadie haga nada por evitarlo.

Creo que, de forma injusta, Juan Rosas mete en el saco de quienes critican con malas maneras a la nueva RC a Enrique Castro, y critica el título de su nueva bitácora, en la que Castro enarbola el lema “Salvemos Radio Clásica”. Mire, Juan: los títulos han de ser breves por necesidad, y cada cual entiende por Radio Clásica lo que quiere entender. Cuando Castro –siguiendo el modelo de la plataforma Salvemos La noche menos pensada- dice “Salvemos Radio Clásica”, se refiere a la Radio Clásica que él y yo amábamos: la anterior a la llegada de Palacios como director. Del mismo modo que cuando Juan Rosas dice “Viva Radio Clásica”, se refiere a la nueva Radio Clásica. Igual de legítimo.

Por último, Juan Rosas se refiere de forma reiterada al “cataclismo” que ha supuesto el reciente ERE para Radio Clásica; a este respecto, yo quiero recordarle las sorprendentes declaraciones que Palacios efectuó a la revista virtual OpusMúsica, en las que afirma lo siguiente a propósito del citado expediente de regulación de empleo: “FP.- De hecho, Radio Clásica se quedó en el esqueleto, casi sin personal (…) Debido a esto, todos los cambios que se han realizado en la emisora han podido hacerse desde la base. OM.- Sin esa coyuntura ¿hubiera podido hacerse una renovación de la programación como la que se ha puesto en marcha? FP.- No lo sé; algo hubiera podido hacerse. Pero, desde luego, yo no hubiese aceptado hacerme cargo de ellas en las anteriores circunstancias.”

Otros creemos que el cataclismo, otro cataclismo, podría haber sido evitado.

6 comentarios:

Juan Rosas dijo...

Estimado Pocho:

Te agradezco la cortesía de tu respuesta. He colgado otro post en mi blog no relacionado con esto, pero en respuesta a un comentario de otro lector. El tema son las nuevas parejas de RC. Quizás te interese.
Un saludo y gracias

Maria Lourdes Alonso dijo...

Habitualmente colaboro en el foro de Deus "Radio clásica peligra" y, efectivamente, aunque haya participantes que en nada simpatizan con la izquierda, no se puede generalizar metiéndonos a todos en la casilla de la extrema derecha. Más aún, fue en los años 80, período de mayoría absoluta socialista, cuando tanto la Clásica como Radio Tres gozaron de una calidad y brillantez fulgurantes

Ars Operandi dijo...

Suscribo punto por punto lo que escribes, Pocho. Otra cosa: yo estoy en las antípodas de la línea de "Libertad Digital" y apoyo la campaña de JC Deus, aunque también con matices. Solo faltaba que encima por ejercitar nuestro derecho a protestar nos llamen fachas.
Un abrazo.

José del Rincón dijo...

Gracias por vuestros comentarios.
Saludos.

Anónimo dijo...

Yo no entro en todas esas complicadas batallas que leo en este blog y en el del señor Rosas: sólo quiero decir doy las gracias a quien se le haya ocurrido y llevado a la práctica el programa "Sólo canciones", pues los oigo por la noche y vuelvo a oírlos en la repetición de 6 a 7 de la mañana. Unos me gustan más que otros, claro, pero hay varios que me encantan. Nada más.

Un saludo.

homeboy dijo...

Hola a todos. Me ha gustado el post, estoy de acuerdo en lo dicho, y creo que Jacobo y María tenían y ofrecían algo especial en radio clásica (a la que escucho desde que era un niño). Por otra parte, me parece ridículo (cuando no ofensivo) considerar a los defensores de LNC como personas de ultraderecha. A santo de qué? Yo, desde luego, me considero una persona de izquierdas (bastante de izquierdas) y no veía nada en el programa que me hiciera pensar en ninguna ideología política. Es más, me parece que era un programa bastante libre en cuanto a ideología, con una selección musical muy variada y los invitados eran músicos de primer nivel. Yo, desde luego la echo de menos (y los echo de menos a ellos), y tengo que decir que prácticamente he dejado de escuchar RC. Un saludo.