domingo, 1 de junio de 2025

MI PRIMER PROFESOR DE MÚSICA (I)


INTRODUCCIÓN


OC (1895 – 1992) enseñó solfeo y piano a varias generaciones de sorianos haciendo, a su manera, las veces de un conservatorio en unos tiempos en que no existía en Soria tal institución. También fue un compositor que apenas dio a conocer sus no muy abundantes obras mayores. OC fue también director de varios coros.


Admirado y venerado por tantos sorianos por su buen hacer como profesor, por su paciencia y por su bondad, hizo gala de un carácter humilde, reservado y prudente.


La bibliografía editada de tipo académico sobre OC se ciñe a un capítulo del libro La música en Soria, de Francisca García Redondo y a dos textos editados por Javier Delgado Encabo: su artículo ‘Oreste Camarca (1895-1992)’ publicado en 2001 en Revista de Soria y las notas al libreto del disco con las obras de cámara del italiano interpretadas por la Coral de Cámara de Pamplona y el Suggia Ensemble. Hay, inédito, un trabajo de investigación, dirigido por Alicia Alted Vigil, que el citado Delgado defendió en 2003 en la UNED, titulado La música en la Soria contemporánea y Oreste Camarca, y fotos y artículos de prensa que recopiló para una tesis doctoral que no llegó a empezar a redactar por su temprana muerte.


Aparte de eso hay dos semblanzas que son lo que mejor se ha escrito desde un punto de vista literario: un artículo necrológico de Álvaro Marías en Campos de Soria y el texto que Jesús Ángel León escribió para el citado disco. Están también las notas al programa que elaboramos varios autores a propósito de la ejecución de dos obras de OC en el Otoño Musical Soriano: las que yo mismo redacté para el estreno del tercer movimiento de la Sinfonía ‘Spagna’, de OC; las que Jorge Jiménez Lafuente escribió a propósito de las dos recuperaciones en tiempos modernos del Sexteto con coro, y las escritas por Sonia Gonzalo Delgado con motivo del reestreno del tercer movimiento de la citada Sinfonía ‘Spagna’.


Por último, la profesora María José Úcar Carnicero está llevando a cabo en estos momentos una tesis doctoral sobre el músico italiano, que está llamada a ser la monografía definitiva sobre OC.


La fuente de la mayor parte de los datos biográficos que poseemos sobre OC son los que este proporcionó de forma verbal a Francisca García Redondo y a los miembros de la familia Ormazábal Del Campo, que más tarde fueron entrevistados por Javier Delgado Encabo y, después, por mí mismo. El presente artículo pretende reflexionar sobre ciertos aspectos de la biografía del músico para confirmar algunos de ellos, desmentir otros o sembrar o una duda razonable sobre los restantes.





ASCOLI SATRIANO y FOGGIA


Es muy poco lo que sabemos de los primeros años de OC en su pueblo natal. OC nació en Ascoli Satriano, en la provincia de Foggia, el 28 de noviembre de 1895, según consta en un certificado emitido por el Ayuntamiento y que forma parte de la documentación recopilada por Javier Delgado Encabo. Según ese mismo documento, OC fue el noveno de los once hijos que tuvo Antonio C y el octavo de los diez que tuvo con Antonia dB (AC tuvo una primera hija con otra mujer, de la que enviudó muy joven).


Si hemos de creer a Francisca García Redondo, era una familia “con innatas condiciones para la música y muy especialmente para el canto”; según la citada Francisca García y Javier Delgado, OC realizó en su localidad natal sus estudios primarios y empezó su formación musical, primero con sus padres y después en la Banda Municipal de Música, donde aprendió a tocar la trompeta.


Muerto el padre el 26 de diciembre de 1906, su hermana Filomena C, su viuda AdB y sus todos los hijos salvo los dos más pequeños emigraron el 15 de junio de 1907 a Foggia, ciudad en la que había nacido Antonio C en 1845. El citado documento dice que la hija más pequeña emigra a Foggia el mismo día en que murió su padre y que la segunda más pequeña se desplaza a la capital de la provincia el 15 de mayo de 1906, antes de morir AC. ¿Se hizo cargo de ellos algún familiar hasta que la tía, la madre y los nueve hijos mayores, incluído OC, pudieron desplazarse a Foggia?


Debemos suponer que la incorporación de OC a la Compañía Lillipuziana Billaud (vid. infra) se produjo cuando vivía ya en Foggia capital; no sabemos si interrumpió sus estudios de trompeta o si los prosiguió en alguna banda de la ciudad.




LA COMPAÑÍA LILLlPUZIANA BILLAUD


OC es reclutado por la compañía Lillipuziana Billaud, una de las que en aquella época representaba óperas con niños que cantaban los papeles masculinos y niñas o jóvenes que hacían las veces de las cantantes adultas; a ellas se les consentía ser más mayores que a ellos. No debe engañarnos el nombre de “tenor” que OC recibía en la compañía, porque los niños cantores conservaban los nombres de las tesituras de las óperas originales, pero quienes encarnaban estos papeles masculinos eran niños con sus voces blancas, previo transporte de las partituras. Francisca García Redondo dice que OC desempeñaba el papel de “primer tenor” de la compañía (dato que el propio OC incluye -primo tenore- en el programa de mano de su estreno madrileño en 1934), pero en los anuncios de prensa figuran todos los tenores como ‘tenores’ a secas. Incluso llegó a cantar, con su voz de contralto, algún papel de barítono, como en Lucia de Lamermoor. A veces cantaba papeles protagonistas y otras, no tanto: por ejemplo, en la que en abril de 1909 canta en la citada Lucia de Lamermoor en París el papel de tenor de Arturo, un comprimario (tuvo que bisar su cavatina, por cierto); mientras que Vittori Gamba canta el papel de Edgardo, el protagonista masculino. No es de extrañar que estas compañías reclutaran entre sus filas a hijos de padres de clase trabajadora, como era el caso de la familia de OC; su condición humilde cuadra también con la posterior adopción del adolescente por parte de un pudiente arquitecto español.


Además de las noticias y críticas de prensa, hay tarjetas postales con el nombre impreso de la compañía Lillipuziana Billaud y en ellas aparece de forma inconfundible la imagen de OC.


En la prensa española tenemos noticias de la actuación de la citada compañía en 1909 (no antes) y en 1910. En la prensa francesa también hay ocho periódicos parisinos que citan al joven OC: la compañía actuó en París en abril de 1909. Supongo que no he sabido pulsar la tecla de las hemerotecas digitales italianas, porque no he encontrado que la Compañía Billaud actuara en Italia en el período comprendido entre 1909 y 1910 y sí en Francia y en España. No estamos seguros de que la compañía contratara antes de 1909 al joven OC, pero parece que este estuvo cantando en la Lillipuziana en 1909 y 1910.


Todo apunta a que el joven AC fue reclutado por la compañía cuando vivía en Foggia capital, donde había muchas más posibilidades de que la compañía buscara jóvenes talentos que en Ascoli Satriano.



Desconocemos si en la compañía enseñaban a los niños a solfear sus papeles o si aprendían estos de memoria, pero es posible que se tratara de esta última opción (uno de los mejores tenores del siglo XX, Luciano Pavarotti, aprendía sus papeles de memoria).





SANTIAGO DE COMPOSTELA


Después de escuchar a OC en Santiago de Compostela en 1910, el arquitecto gallego MHAR decide prohijar al joven OC; este tiene catorce o quince años y ya podía faltar muy poco para que le mudara la voz. Según Javier Delgado (2001: 16; 2003), la adopción se realizó “con el beneplácito de los padres del pequeño artista”, aunque no sabemos si el acuerdo se efectuó solo de forma verbal o de forma legal, con unos papeles que no hemos podido localizar. Delgado (2006: 5) mantiene en 2006 que son “los padres de O” quienes otorgan su aquiescencia, cuando el padre murió el 26 de diciembre de 1906, tal y como consta en un certificado solicitado por el propio Delgado en 2005, después de su trabajo de 2003. Según el testimonio verbal de Javier Ormazábal, ahijado de OC, uno de sus hermanos mayores estuvo extorsionando repetidas veces a MHAR y pidiéndole cantidades de dinero con la amenaza de retirarle la custodia si no cumplía con los pagos; de ser cierto este último extremo, la adopción se habría llevado a cabo de forma meramente verbal, pero, según Jairo Álvarez Fernández, MHAR murió sin testar y OC no tuvo problema en heredar su fortuna, así que la adopción tuvo que ser legalizada tarde o temprano. ¿Es real o inventado ese chantaje? Es extraño que esta historia no apareciera en entrevistas anteriores con Javier Delgado y que Paquita del Campo y Javier Ormazábal me lo contaran a mí el 3 de enero de 2019.


Muy poco tiempo estuvieron juntos OC y MHAR en Santiago de Compostela, porque este abandona el cargo de arquitecto municipal de la cosmopolita ciudad gallega para dirigirse a Cáceres, que, por aquel entonces era, en teoría, un destino menos codiciado que Santiago. La instancia de MHAR dirigida al alcalde de Cáceres está fechada en Santiago el 21 de noviembre de 1910. OC está actuando con la compañía Billaud en el Gran Teatro de Cádiz el 10 de noviembre del mismo año.


MHAR ejerció como arquitecto en Santiago de Compostela entre 1899 y 1910 y se cree que su época de esplendor como arquitecto fue la gallega.


Sabemos con detalle, gracias a Jairo Álvarez Fernández, de sus etapas anteriores.


MHAR fue arquitecto municipal de León entre mayo de 1894 y mayo de 1896.


De hecho, su presencia en la capital leonesa terminó atropelladamente después de pedir una ratificación de su cargo al Ayuntamiento debido a un enfrentamiento verbal con un concejal partidario de Arsenio Alonso. Pese a que su renuncia le fue aceptada el 15 de junio de 1896, ya con anterioridad ignoraba su cargo y funciones.” (Álvarez Fernández, 2024).


Y también fue uno de los continuadores de las obras en el Palacio Episcopal de Astorga, que simultaneó en parte con su trabajo en León. Sigue diciendo Álvarez Fernández:


“Empleó en estos trabajos 21.000 pesetas que no certificó.


En esa carta de 1 de diciembre, la Junta proponía como solución al Ministerio que “se digne poner pronto remedio a situación tan anormal, bien obligando al referido arquitecto a que vigile e inspeccione con la debida regularidad el edificio en construcción y a que no ponga obstáculos a la buena marcha de las obras, o bien nombrando otro arquitecto que se encargue de continuar las hoy casi paralizadas obras”. Se optará por lo segundo, puesto que en ningún momento se trasladará ya a Astorga para supervisar las mismas.


El arquitecto MHAR no sólo se negó a venir a certificar la parte de obra construida bajo su dirección, sino que incluso denunció al Obispo y a la Junta de Reparación de Templos por haberle obligado a expedir certificaciones falsas.” (Álvarez Fernández, 2024).






CÁCERES


El primer destino que obtuvo MHAR después de adoptar al joven cantante fue el de Arquitecto Municipal de Cáceres. En el pleno de 10 de diciembre de 1910 se elige por unanimidad como nuevo Arquitecto Municipal a MHAR entre los cuatro candidatos que se presentan al concurso (Libro de actas del Ayuntamiento de Cáceres, 1910: 36 recto). El currículo más nutrido es, desde luego, el de MHAR. La plaza está dotada con el haber anual de 4000 pesetas (Expediente 1 de la sección 20-661, 1911). Parece ser que el nombramiento se realiza el 15-03-1911.


Según Francisca García Redondo y Javier Delgado Encabo, en la ciudad extremeña OC estudió música, de modo privado, con Melchor Sáez y Teodoro Giagüinto. Sáez es citado por Publio Hurtado en la página 896 del último capítulo del libro Ayuntamiento y familias cacerenses. En 2019, la figura de Melchor Sáenz seguía viva en la memoria de algunos cacereños. ‘Don Melchor’ le dio clase de música a la madre del catedrático jubilado Enrique Cerrillo. Según Mercedes Pulido, amiga de Cerrillo y sobrina de una alumna de Sáez, este era muy buena persona y muy paciente con los alumnos.


A diferencia de Sáez, no hemos encontrado ninguna noticia sobre Teodoro Giagüinto. El archivero municipal, Fernando Jiménez Berrocal, supuso que tuvo que parar muy poco tiempo por Cáceres. Ni consta que fuera profesor particular de solfeo o de piano ni fue director de la Banda Municipal, cuyos archivos consultó la mujer de Jiménez Berrocal, saxofonista de la banda.


A mí, el apellido Giagüinto me sugiere una españolización forzada del apellido italiano Giaquinto. He hecho una somera búsqueda del apellido Giagüinto en la base de datos del Instituto Nacional de Estadística y el resultado es el siguiente: no existen habitantes con el apellido consultado o su frecuencia es inferior a 5 para el total nacional1. Muy probablemente no exista en España ningún heredero de Teodoro Giagüinto; si no sabemos con seguridad que no hay nadie con ese apellido o hay menos de cinco personas es por el secreto estadístico que ha llevado al INE a mostrar solo los apellidos cuya frecuencia es mayor que 5.


Es, cuando menos, sorprendente el resultado que arroja la búsqueda en Internet de ‘Teodoro Giaquinto’. Teodoro Giaquinto fue un músico italiano nacido Ascoli Satriano, que fue desde 1888 hasta 1902 director de la Banda de música de Noci, agrupación a la que dio un gran empuje y con la que consiguió ganar en 1894 (un año antes de que naciera OC) un concurso en Nápoles por delante de prestigiosas bandas de Foggia y de Pescara2. Se nos antoja que Teodoro Giaquinto era un músico famoso en Ascoli Satriano durante la infancia de OC; tal vez una figura idealizada por nuestro biografiado, que quiso rendirle un homenaje españolizando su nombre y convirtiéndolo en un profesor español con el que completar la sin duda meritoria tarea de Melchor Sáez en Cáceres. Nuestra pregunta es la siguiente: ¿por qué? Todos tenemos a OC por una bellísima persona, por un hombre recto y cabal; ¿qué interés pudo tener en inventarse un profesor que no tuvo partiendo del nombre de un músico italiano, paisano suyo, de quien tuvo noticia durante su infancia? ¿Tal vez para ensalzar la figura de su padrino, que se comprometió ante su familia a dar al joven OC la mejor educación?


El 18 de noviembre de 1911, MHAR presenta al Ayuntamiento de Cáceres su renuncia al puesto de Arquitecto Municipal con motivo de un expediente que el Ayuntamiento le instruyó por haber desobedecido por dos veces las órdenes que le dio el alcalde, a través de un capataz, de medir una pared medianera y un muro de contención de tierras de los corrales construidos en el nuevo matadero, según rezan los libros de actas del Consistorio cacereño. A diferencia del anterior expediente, nada reflejan los libros de actas del Ayuntamiento sobre el polémico proyecto de MHAR para “desarrollar un plan de alineaciones y rasantes en la Plaza Mayor” (Mª. Del M. Lozano Bartolozzi, Patrimonio perdido. Paisajes son memoria, Discurso leído el día 8 de junio de 2019 en el Acto de su recepción pública, Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, Trujillo 2019, pp. 37-39, citada por Jairo Álvarez Fernández en Palacio, Gaudí, Astorga) porque el proyecto no llegó a ser debatido en el pleno, sino que fue “rechazado por la Comisión de Ornato al considerarlo irrealizable por lo costoso de las indemnizaciones necesarias a los legítimos propietarios.”


Una de las cartas que MHAR manda al alcalde de Cáceres en este proceso fue enviada desde un hotel de Lisboa, lo que da cuenta de la condición viajera del arquitecto.



SANLÚCAR DE BARRAMEDA



Según Francisca García Redondo, OC y su padrino vivieron primero en Cádiz capital y después, en Sanlúcar de Barrameda, afirmación que da por buena Javier Delgado Encabo. En realidad, primero estuvieron Sanlúcar y luego, en Cádiz capital. El sueldo de MHAR en la villa gaditana era de 2500 pesetas más 500 por dar clases de dibujo; recordemos que en Cáceres le pagaban 4000 pesetas, suma más que respetable en la época. Según Ana Gómez Díaz-Franzón, MHAR ejerció el cargo de Arquitecto Municipal entre el 27 de febrero de 1912 y el 9 de abril de 1916, fecha en que renunció, aunque continuó en la plaza de forma interina hasta 1917.


OC empieza a examinarse en Cádiz un año antes: en 1916. En Sanlúcar, OC recibió, siempre según García Redondo y Delgado, clases privadas de Mateo Alba Rodríguez, director de la Banda Municipal de Música y compositor, principalmente, añadimos, de marchas que fueron estrenadas íntegramente en la villa sanluqueña. Recordemos que el joven Oreste solo completó en Ascoli Satriano los estudios primarios y dudamos de que pudiera recibir ninguna formación reglada mientras estuvo viajando por Europa con la Compañía Lillipuziana Billaud. Así que al músico profesional en ciernes le tocó, al asentarse en España, ponerse a estudiar de plano los bachilleratos elemental y superior y examinarse en Cáceres, primero, y en Cádiz, después, porque en Sanlúcar de Barrameda aún no había ningún instituto de enseñanzas medias. En ninguno de los 28644 expedientes de alumnos del único instituto de segunda enseñanza de Cádiz (más tarde llamado “Columela”) que los técnicos del Archivo Histórico Provincial de Cádiz han estudiado entre 1860 y 1950 aparece OC. ¿El estudio solo recoge alumnos oficiales o también libres? De nuevo hay que suponer que OC recibió la mejor formación, pero siempre con profesores particulares contratados por su padrino, MHAR, como era habitual en las clases acomodadas en aquella época.


Según Santiago Daza Palacios, Mateo Alba muere en 1913, con lo cual desconocemos quiénes fueron sus siguientes profesores de música hasta 1916. Poco después del nombramiento de Mateo Alba como director de la Banda de Música, se creó la Academia Municipal de Música, en la que había profesoras de solfeo y piano. OC debió de estudiar con Mateo Alba de forma privada y no nos consta que le diera clase ninguna de las profesoras de la Academia Municipal. Pero ¿con quién estudió música OC entre la muerte de Alba y la marcha a Cádiz ¿Con quién estudió esos tres años?



Escribe Javier Delgado Encabo que el joven OC recibió clases del mismísimo Pietro Mascagni, quien le orientó a la composición en vez de al instrumento “ya que el muchacho apuntaba una especial aptitud para la Armonía y el Contrapunto, materias iniciales para el aprendizaje y desarrollo de la composición musical”. En la entrevista con Mariano Jesús Ormazábal que Delgado recoge como anexo de su trabajo de investigación, Ormazábal habla del piano como el instrumento que le escuchó tocar Mascagni. Lo primero que nos viene a la cabeza es imaginar que las clases tuvieron lugar en Italia y en esa época las sitúa Javier Delgado, pero eso no pudo ser porque en Ascoli Satriano OC tocaba la trompeta en vez del piano.


Según https://it.wikipedia.org/wiki/Pietro_Mascagni, Mascagni estuvo viviendo ocho años largos en Ceriñola, también en la provincia de Foggia, no lejos de Foggia capital (a 37 kilómetros por una carretera secundaria y a 45 minutos de tren en 2025) ni de Ascoli Satriano. Hay cosas que no cuadran: en primer lugar, es muy difícil que la madre de OC tuviera dinero para pagarle a Mascagni las clases, cuando no tuvo inconveniente en que se enrolara en la compañía Billaud ni en que lo adoptara MHAR; en segundo lugar, el joven OC tendría conocimientos de solfeo y trompeta, pero era imposible que los tuviera de armonía y composición a esa edad (vid. infra) y, sobre todo, Mascagni deja de vivir en Ceriñola en 1895, año en que nace OC.


Asimismo, resultaría muy difícil encajar esas clases cuando estuvo en la Compañía Lillipuziana Billaud, porque solo tendría libres los períodos vacacionales y es más que improbable que en la compañía recibiera clases de composición. La primera obra de OC es una sonata para piano que dedicó a su padrino y que compuso, según Delgado, entre diciembre de 1913 y marzo de 1914 en Sanlúcar de Barrameda, gracias a las primeras clases particulares de composición que suponemos que OC recibió de Mateo Alba, que murió antes de que OC compusiera su Sonata. Así que, si Pietro Mascagni dio a OC clases en las que lo orientó al ejercicio de la composición más que al piano, tuvo que ser en Sanlúcar de Barrameda o en Cádiz. Mascagni dirigía óperas e hizo numerosas giras fuera de Italia y nos consta que estuvo en España en 1902 (cuando OC tenía siete años); pero aquellas representaciones del Don Giovanni de Mozart tuvieron lugar en Madrid y no en Cádiz; tampoco la gira española fue lo suficientemente larga como para tener alumnos de composición3. De cualquier manera, será María José Úcar quien esclarezca definitivamente este asunto. Sea como fuere, es curioso que cuando OC fabula sobre profesores que no tuvo, busca músicos que tuvieron relación con su provincia natal de Foggia o incluso con su pueblo, Ascoli Satriano.



Escribe Ana Gómez Díaz-Franzón en su documentadísimo libro Arquitectura del veraneo y su época en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), 1900-1950:


“Durante su estancia en Sanlúcar, MHAR tuvo desavenencias con bastantes personas, tanto con los promotores de sus proyectos como con otros arquitectos, por lo que el Ayuntamiento llegó a acordar suspenderle en el cargo si continuaba incumpliendo las órdenes municipales. En marzo de 1915 el Consistorio aprobó abrirle un expediente disciplinario para destituirlo, achacándole negligencia y apatía, además de la animadversión que patronos y obreros habían mostrado hacia el facultativo, “intransigencias intolerables”, retraso e incumplimiento de sus obligaciones municipales -medición de terrenos tras la Aduana, deslinde de los terrenos cedidos en la playa a Domínguez-Adame, cuyos trabajos se le habían ordenado reiteradamente, etc.-, todo lo cual entrañaba demoras en las obras de urbanización y edificación.


Según expusieron algunos concejales en el Consistorio, los contribuyentes no querían emprender obras que estuviesen a cargo de este arquitecto, por lo que se estaban perjudicando los intereses generales de la población, así como los del Ayuntamiento, que no cobraba los derechos de nuevas edificaciones, además de repercutir desfavorablemente en la falta de trabajo de la clase obrera. El tema se trató en varias sesiones municipales, destacando las denuncias que realizaron los concejales (…) Este último opinaba que “debe desaparecer cuanto antes del Ayuntamiento el Sr. AR. Fue entonces cuando el Cabildo acordó por unanimidad instruirle expediente disciplinario.”


Según Javier Delgado Encabo (2001: 17):


“Don MH, padrino de OC, residía en el Palacio de los duques de Medina Sidonia, en Sanlúcar de Barrameda (...). El lujo del vestuario de OC y de la decoración de las habitaciones de dicho Palacio, apreciado en varias de las fotografías disponibles, nos habla del ambiente refinado en el que creció el compositor.”


Esperanza Anaya Reina, Jefa de Servicio del Archivo Municipal de Sanlúcar de Barrameda, me envía el 3 de junio de 2025 un correo electrónico en el que refiere que ha consultado el Padrón de Habitantes de 1914 y que tanto MHAR, de 55 años, soltero y Arquitecto, como OCdB, de 19 años, soltero y estudiante, viven en la calle Infanta Doña Eulalia (actualmente, calle Bolsa). No consta que vivan en el Palacio Ducal de Medina Sidonia (Anaya Reina, 2025).


Las fotos a las que se refiere Javier Delgado están hechas en una casa de techos altos, cosa habitual en aquella época, y los lujosos muebles eran propiedad de MHAR y luego fueron heredados por OC. Según mi madre, tuvieron que desmontar el copete del más alto de estos muebles, porque no cabía en sus casas sorianas de la calle Numancia ni de la calle Doctrina.


Delgado da por bueno el testimonio oral de Elisa López Huet, que creía que el traslado de Sanlúcar a Soria “fue “por algún tema político” relacionado con las ideas de izquierda de la duquesa de Medina Sidonia, en cuyo Palacio vivía (sic) don MHAR y su ahijado, OC. (en opinión de la entrevistada, parece ser que fue “algo parecido a un destierro político”” (Delgado, 2003: 158). La llamada 'duquesa roja' fue Luisa Isabel Álvarez de Toledo, que nació en 1936 (dieciocho años después de que MHAR y OC se fueran de Sanlúcar de Barrameda) y murió en 2008. Según Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Ducado_de_Medina_Sidonia), entre 1901 y 1915 fue duque de Medina Sidonia su abuelo, Joaquín Álvarez de Toledo y Caro (Madrid, 1865-Madrid, 1915), que desempeñó importantes cargos en la corte (como gentilhombre de cámara del Rey) y entre 1917 y 1955 lo fue su hijo y padre de Luisa Isabel: Joaquín Álvarez de Toledo y Caro (1894-1955), “gentilhombre grande de España con ejercicio y servidumbre de Alfonso XIII”. Y además, en 1925, MHAR y OC emigran a Soria procedentes de Cádiz capital, no de Sanlúcar, donde habían estado hasta 1916-1917. El único motivo de los traslados de padrino y ahijado fue la accidentada trayectoria profesional del primero, que ahora calificarían de “huida hacia delante”.






CÁDIZ

Jairo Álvarez Fernández confirma en Palacio, Gaudí, Astorga (2024) que, después de su cese en Sanlúcar, MHAR toma posesión del cargo de arquitecto provincial en Cádiz.


El Hotel Continental aparece como su domicilio el 31 de octubre de 1917 y el 31 de agosto de 1919 figura como su domicilio la Plaza de la Mina, número 2 según consta en dos solicitudes de OC para examinarse o concurrir a premios.


OC estudió entre 1916 (tenía 21 años) y 1924 (tenía 29) en la Academia Santa Cecilia de la capital gaditana. Aparte de Teoría y Solfeo, obtuvo los títulos de Piano, Órgano, Armonía y Composición. Según las actas de examen, no obtuvo otra nota que no fuera Sobresaliente por unanimidad; y siempre libre, de tal manera que MHAR seguía pagando de su bolsillo las clases, en este caso con los profesores de la propia Academia: José y Camilo Gálvez (Delgado, 2001: 16).


Se presentó a premio de 2º armonía, consiguiendo el accésit; pero en el premio de 4º de armonía obtuvo el primer premio. Consigue apto en todas la reválidas.

Parece que los tres primeros cursos son una especie de grado elemental y que el cuarto, una especie de grado medio. Dice OC: “Que habiendo aprobado en esta Real Academia los cuatro cursos de Teoría y Solfeo, y deseando obtener el Título de Profesor de dicha asignatura, Suplico a V. I se admitido a los ejercicios de Reválida para la obtención de dicho título”.

El curso 1916-1917, concretamente el 28 de septiembre de 1917, supera con sobresaliente por unanimidad los cuatro años de Teoría y Solfeo y el 31 de octubre, supera con la calificación de 'apto' la reválida correspondiente.

El curso 1917-1918 supera, ya con 22 años, los tres primeros años de piano en la convocatoria extraordinaria de enero: concretamente el 30 de enero de 1918, 4º de piano en la convocatoria de junio (24 de junio de 1918) y 5º de piano en la de septiembre (26 de septiembre de 1918).

En el mismo curso de 1917-1918 supera primero de órgano en la convocatoria de septiembre: el 30 de septiembre de 1918.

En el mismo curso de 1917-1918 supera 1º y 2º de Harmonía en la convocatoria de junio (el 24 de junio de 1918) y 3º de armonía en la de septiembre (30 de septiembre de 1918) .

El curso 1918-1919 aprueba 2º de órgano en la convocatoria de enero (30 de enero del 19) y 3º de órgano en la convocatoria de junio (30 de junio del 19) y 4º de Harmonía también en la convocatoria de junio (21 de junio del 19). Con 22 años.

El curso 1919-1920 aprueba 4º de órgano en la convocatoria de septiembre (30 de septiembre de 1920) .

Faltan algunas actas de examen, porque las siguientes noticias que tenemos de los estudios de OC son del curso 1922-1923, año en que supera el octavo año de Piano el 31 de enero de 1923 (nos faltan sexto y séptimo de piano).

Aunque vienen en blanco en el acta de examen, el curso 1923-1924, OC supera el primer año de Composición (Contrapunto y fuga) el 30 de junio de 1924, con 28 años de edad, el segundo año de Composición (viene entre paréntesis algo que no entiendo) el 30 de septiembre de 1924 y el tercer año de Composición (Instrumentación) también el 30 de septiembre de 1924.


El mismo curso 1923-1924 también obtiene las reválidas de Órgano (2 de mayo de 1924) y Piano (10 de julio de 1924) y solicita las reválidas de órgano, piano y composición; faltan algunos documentos con respecto a estas reválidas.


Aunque OC no consta como profesor en la base de datos del Archivo Histórico Provincial de Cádiz en la que sí figura como alumno, en el acta de examen de 2º año de Órgano pone escrito arriba: “Sr. Director” a la izquierda y “Socio gratis como profesor” a la derecha (30 de enero de 1919). En la solicitud para examinarse pone también arriba “Sr. Director” a la izquierda y “Socio gratis como profesor los derechos” a la derecha; lo mismo sucede con respecto a 4º de Harmonía: “Sr. Director” a la izquierda y “Socio y profesor” a la derecha” (21 de junio de 1919); otro tanto en la solicitud de 8º de piano: “socio dchos ptas gratis” (27 de enero de 1923).


Debo a María José Úcar el hallazgo de los ejemplares de 1919 y 1921 de la Memoria de la Academia Filarmónica Santa Cecilia, que nos confirman lo anterior: fue profesor de Italiano y auxiliar repetidor de Armonía en 1919 y profesor numerario de Solfeo en 1921.



En 1925, MHAR fue destituido de su puesto como Inspector de Trabajo en Cádiz, tal y como consta en la página 9 del número 6.563 de ABC del 16 de enero de 1924 (ABC, 2024: 9). En febrero del mismo año, padrino y ahijado hacen la mudanza para instalarse en Soria.


domingo, 4 de diciembre de 2016

Juan Pérez Floristán y Pablo Ferrández

He tenido el privilegio de escuchar en directo, hace varias semanas o meses, a dos instrumentistas españoles jovencísimos y de primerísima categoría. Si se hace justicia, no muy tarde habrán de ser reconocidos con ese marbete de “intérpretes de reconocido prestigio internacional” que he comprobado que suele adjudicarse a músicos más veteranos; para mí ya están entre los más grandes del momento. Al pianista Juan Pérez Floristán lo escuché en la Audiencia de Soria el 16 de septiembre acompañado por la Orquesta Sinfónica de Castilla y León dirigida por José-Rafael Pascual Vilaplana; al violonchelista Pablo Ferrández lo he escuchado el 22 de octubre en el Miguel Delibes de Valladolid con la misma orquesta dirigida por Pinchas Zukerman.


Pascual Vilaplana es un músico excelente que ha sido injustamente encasillado (y no es el único) en el mundo de las bandas de música cuando merecería mejor suerte como director de orquesta; a Pinchas Zukerman hay que agradecerle que acompañó muy bien a Ferrández en Haydn, pero dirigió en la segunda parte una Primera sinfonía de Brahms que se le ‘cayó’ en más de un pasaje: o tuvo un mal día o desmerece como director de una orquesta grande de la condición de leyenda viva del violín y la viola que es o fue.
La OSCyL sonó estupendamente en las dos plazas; es lo habitual en Valladolid y nos congratulamos de que, después de unos años tal vez de desidia, haya decidido volver a poner toda la carne en el asador cuando viene a tocar a Soria.
Juan es, por añadidura, hijo de uno de los mejores profesores que he tenido nunca: Juan Luis Pérez.

sábado, 7 de mayo de 2016

Déjame volar


Con más prisa de lo deseable, el pasado sábado por la tarde subí al hipermercado a buscar discos para regalar a una persona que gusta de la música de los cantautores. No había mucho donde elegir y resolví la papeleta con sendos discos de Leonard Cohen e Ismael Serrano, pero pude constatar que una de las personas de la que más discos había en el citado establecimiento era una cantante apodada 'La Húngara', de quien nunca había oído hablar y cuyo estilo supuse, por el aspecto de las portadas, más deudor de los efluvios de lo andalusí que cercano al de una Márta Sebestyén.

Tras someras búsquedas por Google y YouTube para documentarme un poco, he llegado a la conclusión que La Húngara es la verdadera princesa del pueblo, con su trabajo como cantante y como letrista o compositora ocasional y no gracias al cuento que le echan otros. La artista ecijana es la verdadera 'madre coraje' de la música española. No tengo claro que con A mi Laura y, sobre todo, con Déjame volar, La Húngara pretendiera proseguir la estela del dramón incestuoso iniciado por Pimpinela, pero lo que sí ha conseguido sin seguramente buscarlo es crear dos auténticos himnos a la emancipación de la mujer, sin ambages ni aspavientos.

Hay en la segunda de estas canciones unos versos que a mí me parecen memorables: “Cómo pasa el tiempo, / mi Sonia O'Hara se me hace grande; / parece que fue ayer / cuando sólo quería con su madre; / sólo piensa en salir / y siempre quiere recogerse tarde.” Aviso para navegantes: O'Hara no es el apellido del padre, sino el segundo nombre de la muchacha, para distinguirla de la madre, Sonia a secas de nombre y Priego de apellido.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

El arte de no complacer al lector y de salir más que airoso del empeño




Me parece excesivo el reconocimiento que está obteniendo En la orilla, de Rafael Chirbes, libro que ha encabezado varias clasificaciones sobre la mejor novela española del último o de los últimos años y que está logrando numerosos premios oficiales.

A mí me ha costado mucho trabajo leerlo y he amagado con dejarlo varias veces. Es cierto que está escrito con pulcritud las más de las veces e incluso con brillantez en no pocas ocasiones, pero el estilo de Chirbes -no nos engañemos- no es lo suficientemente poderoso como para compensar la sordidez de los ambientes, las nada escasas reiteraciones, unos personajes que sólo despiertan indiferencia y la ausencia de intriga en un discurso cuya única técnica es el monólogo interior.

El 30 de mayo de 2014, El Mundo publicó una relación con las veinticinco mejores novelas españolas de los veinticinco últimos años. Ni Eduardo Mendoza ni Antonio Muñoz Molina ni Javier Marías ni Fernando Aramburu lograron que figurara más de una novela suya en esa lista; Rafael Chirbes es el único autor que consiguió que tres de sus novelas se situaran en esa relación y nada menos que en los puestos primero (En la orilla), tercero (Crematorio) y octavo (La larga marcha). Aunque fueron otros los críticos que hicieron la selección, Ángel Vivas redactó el artículo con los comentarios relativos a cada una de las novelas elegidas; refiriéndose a la última de estas tres novelas, Vivas (de quien recuerdo excelentes artículos suyos en la revista de MUFACE) hace referencia a la "falta de complacencia" habitual en Chirbes. Probablemente, Ángel Vivas quiso decir que la obra de Chirbes huye de todo recurso fácil (intriga policiaca, maniqueísmo, etc. ) pero no, hizo referencia a la “falta de complacencia”.

Hace mucho tiempo que no he leído ninguna definición de literatura, pero todos los años releo la excelente definición de música que dio Jean-Jacques Rousseau: “el arte de combinar sonidos de una manera agradable al oído”. Parafraseándola, podríamos decir que la literatura es el arte de combinar palabras de manera que resulte igualmente agradable al lector, pero parece que Ángel Vivas, para alabar a Chirbes, valora precisamente lo contrario: que la literatura no complazca a quien la lee.

No me extraña que, si tanto hemos cambiado desde Rousseau acá, las novelas de Chirbes se sitúen en cabeza de todas las clasificaciones habidas y por haber sobre las mejores novelas del universo mundo.

sábado, 9 de marzo de 2013

Las chicas del CAEP

Hace unos cuantos años, las autoridades correspondientes aprovecharon la tradición deportiva que había en Soria en cuestión de atletismo (gracias a Abel Antón, a Fermín Cacho y a Enrique Pascual Oliva, entrenador de ambos atletas) y de balonvolea (gracias al equipo masculino, impulsado sobre todo por José Miguel Serrato) para crear un centro de alto entrenamiento deportivo que propiciara el surgimiento de figuras emergentes en ambos deportes.

Sin menospreciar lo conseguido en atletismo, yo siempre he identificado las sonoras siglas CAEP con el equipo femenino de balonvolea. La idea consiste en concentrar en Soria de forma permanente a la selección juvenil de voley femenino, que entrena todos los días en nuestra ciudad y, para foguearse, compite en la SF2, que viene a ser el equivalente de una segunda división absoluta. Las jóvenes concentradas en Soria son chicas de dieciséis, diecisiete y dieciocho años que tienen que batirse el cobre contra equipos de mujeres hechas y derechas. Todas las jugadoras se alojan en la misma residencia juvenil de la Junta y todas ellas cursan sus estudios en mismo instituto (el IES “Castilla”), para poder disputar el campeonato del mundo de centros docentes, campeonato que ganaron el curso 2011-2012. El actual entrenador del equipo es el citado José Miguel Serrato.
Por cuestiones de edad, nunca pude dar clase a ninguna de estas abnegadas estudiantes y deportistas, pero me he fijado en el deambular de sus longilíneas figuras por los pasillos del instituto, siempre enfundadas en sus ropas deportivas y siempre con el pelo recogido, como si en cualquier momento fueran a obsequiarnos con un improvisado partido en el vestíbulo del centro. Lejos de ir haciendo alarde de sus condiciones físicas, se mueven por el instituto con la parsimonia y el silencio propios de las personas adultas y educadas, cosa que contrasta con los alocados movimientos y empujones de la mayoría de sus compañeros, cada año más asilvestrados.
Gracias a ese engendro llamado MAE (la alternativa no evaluable a la Religión), este año me he tenido que hacer cargo de un grupo de alumnos de 1º de bachillerato y por fin he coincidido en el aula con una de estas jugadoras: la líbero mallorquina Maria Antònia Gomila, cuya proeza lanzando el balón medicinal ha trascendido ampliamente las fronteras de su clase de Educación Física y aun del instituto. Más tarde he sabido que otra de mis alumnas más jóvenes de música, Alejandra Olalla, ha empezado a entrenar también bajo la disciplina del CAEP. Darle clase a 'Gomi' y a Alejandra ha reavivado en mí una afición al balonvolea que permanecía latente desde los lejanos tiempos en que yo hice alguna vez de improvisado colocador de “Chuchi” Hornillos en el patio del Instituto “Machado” y desde los tiempos, más remotos aún, en que aprendí los rudimentos del voley con el mismísimo José Miguel Serrato en el colegio de los Franciscanos, con más lágrimas que sudor.
Da gusto ver jugar a las chicas del CAEP en el polideportivo de Los Pajaritos. Sin ir más lejos, resultó emocionante el encuentro en que derrotaron, en buena lid, al potente equipo de Sant Cugat.
Las próximas citas son el 23 de marzo a las cuatro y media de la tarde (día en que jugarán contra el Xuvenil Teis, de Vigo) y el 24 de marzo, a las 12 de la mañana (día en que medirán sus fuerzas contra el Cantabria Deporte). A ver si os dejáis ver por ahí y animáis a las de Soria, que lo merecen. Además, es gratis. Gratis total, como dijo el finado Enrique Múgica.

viernes, 20 de abril de 2012

En defensa de “Cuando una ciudad se pierde” de Javier Marías


Pocas polémicas habrá tan desiguales como la que ha suscitado en Soria la publicación del artículo titulado “Cuando una ciudad se pierde”, de Javier Marías en El País Semanal el 15 de abril de 2012. Da la impresión de que se haya querido compensar el hecho de que el citado artículo se haya publicado en un medio tan influyente como EPS silenciando en Soria cualquier manifestación en favor del escritor madrileño. He intentado publicar, sin éxito alguno, en el Heraldo de Soria un artículo en el que rebatía distintos aspectos de los ¡cinco! artículos que el citado periódico soriano publicó en contra del artículo de Marías. En vista de que el Heraldo no ha querido publicar mi respuesta, intenté hacer lo propio en el Diario de Soria, pero éste no ha querido publicar nada relativo a Javier Marías (ni a favor ni en contra, ni mío ni de ningún otro autor) porque el Diario es una edición local de El Mundo y ya se sabe que a la competencia, ni agua.

En vista que no he podido publicar en letra impresa mi artículo, lo reproduzco aquí:

“No ha sido para mí ninguna sorpresa que el artículo titulado “Cuando una ciudad se pierde”, de Javier Marías (publicado en El País Semanal el 15 de abril de 2012) suscitara un rechazo considerable entre las fuerzas vivas de la capital soriana, rechazo constatable tanto en las conversaciones de la gente de a pie, como en las páginas de Heraldo de Soria. Sin que mi respuesta sea más extensa de lo debido, voy a intentar rebatir los cinco artículos aparecidos los días 18 y 19 de abril en el citado periódico. El artículo de Luis Naveda (titulado “Javier Marías” y publicado el 18 de abril) se me antoja un tanto insustancial; comienza explicando por qué han venido a Soria diversos escritores y termina diciendo lo siguiente: “Bueno, si uno quiere cambiar de casa es muy dueño, pero para eso, si es un señor, no es necesario ofender ni insultar”. El artículo de Marías no sólo no insultaba a nadie, sino que era menos incisivo que la mayoría de los artículos que publica cada domingo en el suplemento dominical de El País; igualmente, considero que sólo puede ofenderse con él quien quiera sentirse ofendido. Además, Naveda dice que Javier Marías “reniega de Soria”, como si vivir en Soria fuera algo parecido a profesar la religión verdadera y como si uno no pudiera irse a vivir donde le plazca y decirlo.

El día siguiente apareció también un artículo de Carlos González García (“Deterioro de Soria según Javier Marías”), que me parece, junto con el de Luis Naveda, el más flojo de los cinco. El estilo de Carlos González es bastante desaliñado (por ejemplo, tilda a Marías de “escritor literario”, como si hubiera escritores que no lo son) y ni siquiera su autor ha entendido o ha querido entender lo que dice Marías y cae en la “falacia del hombre de paja”, consistente en atribuir a la persona con la que se debate palabras que éste no ha escrito para luego refutarlas. Por ejemplo, González dice que Marías ha escrito que el futuro aparcamiento del Espolón es innecesario porque la mitad de los aparcamientos de la superficie están vacíos, cuando el objeto del comentario de Marías era el aparcamiento subterráneo de la Plaza del Olivo. Esta falacia es aún más sangrante porque González entrecomilla la frase que Marías no ha escrito en su artículo para atribuírsela con más autoridad.

El artículo de Silvano Andrés de la Morena me parece, junto con el de Roberto Ortega (al que me referiré más tarde), el mejor de los cinco artículos y es el más respetuoso de todos. Silvano Andrés admira a Marías y su artículo está escrito con el respeto de quien admira a un gran escritor. El propio título del artículo (“A Javier Marías”, publicado el día 18) refleja esa admiración, porque parece una dedicatoria.

El 19 de abril, Heraldo de Soria publicó el artículo titulado “El artículo de Marías”, de Roberto Ortega Torres. Ortega es, tal vez, el mejor articulista soriano de las últimas décadas; su artículo comienza, como el de Silvano Andrés, con un elogio de las novelas de Javier Marías y de sus artículos dominicales en el suplemento de El País, salvo el que hoy nos ocupa, por el cual a su autor habría que “pegarle una patada en los cojones”. Aparte de lo innecesario de proferir tal grosería (máxime cuando Ortega ha elogiado poco antes sin reservas al autor madrileño), hay en el artículo de Ortega una flagrante contradicción, pues dice que a él “también le ponen frenético justamente las mismas cosas que Marías comenta”. Si también a él le ponen frenético las mismas cosas que Marías cuenta y éste las cuenta con su maestría habitual, ¿qué necesidad hay de dar patadas a nadie en ningún sitio?

Un día antes, el 18 de abril, publicó José Luis Bravo su artículo “Adjetivos para Javier Marías”, y en él no hay ni respeto ni admiración alguna hacia el escritor madrileño; incluso da la impresión de que el periodista soriano haya querido aprovechar la ocasión para hacer pública la animadversión que le profesa. Bravo, fino articulista en otras ocasiones, escribe esta vez con un trazo grueso impropio de su estilo habitual. Voy a centrarme en intentar rebatir este artículo de forma un poco más extensa.

El primero de los adjetivos que Bravo dedica a Marías es 'presuntuoso', porque dice que Marías “se erige en promotor de nuestra ciudad”, cuando éste reconoce que son sólo algunas las personas que han visitado Soria por recomendación suya.

El segundo adjetivo que Bravo dispensa a Marías es 'tranochado', porque “es obvio que la que (sic) vive en sus recuerdos infantiles de cuando pasaba los veranos junto a su padre, Julián Marías”. No veo qué hay de malo en que Marías recuerde su infancia en Soria en algunos de sus artículos más literarios, que no son los más abundantes; además, considero que Javier Marías es uno de los articulistas españoles más 'actuales' cuando abandona ese estilo más literario y se dedica a poner en solfa de forma tan incisiva como directa diversos aspectos de la actualidad, sobre todo los que tienen que ver con la política.

El tercero de los adjetivos que Bravo endosa a Marías es “egoísta”, porque, “sin tener en cuenta a quienes aquí deben vivir todos los días del año, aspira a una ciudad triste, silenciosa y quizá oscura”. Todo lo contrario. Javier Marías, sin dejar de escribir un artículo que puede interesar a cualquier lector hispanohablante, sale en defensa de los vecinos de la parte más céntrica de Soria: la comprendida entre la mitad del Espolón y Marqués de Vadillo. Se nota que José Luis Bravo vive en una zona más silenciosa que la anterior. Yo estuve viviendo cuatro años cerca del que ha sido el domicilio soriano de los hermanos Marías y encima de la terraza de otro bar de copas, y he podido darme cuenta, al igual que algunos de mis antiguos vecinos, del deterioro en estos últimos años de la calidad de vida en una de las zonas más caras de Soria y en la que se sigue pagando una de las contribuciones más altas de nuestra ciudad. Hasta hace bien poco, unas terrazas que antes ni siquiera existían han estado cerrando en verano a diario a las cuatro o a las cinco de la mañana, amparadas por un vacío legal propiciado por el alcalde Martínez Mínguez, siempre más proclive a favorecer a los clientes y dueños de los bares nocturnos que al ciudadano que madruga para ir a trabajar. Y le doy la razón a Marías cuando denuncia la pasividad de la policía municipal ante determinados comportamientos incívicos de algunos sujetos a altas horas de la madrugada.

El cuarto adjetivo con que el periodista soriano obsequia al escritor y académico madrileño es “ignorante”. Y digo yo que hay que tener mucho cuajo para llamarle 'ignorante' a uno de los escritores españoles más cultivados del momento, dueño de una refinada y vasta cultura no sólo en castellano, sino también, como mínimo, en inglés y en francés (siendo bien joven fue, por ejemplo, el traductor al inglés de los subtítulos de El espíritu de la colmena, la mítica película de Víctor Erice). Fundamenta Bravo su tajante aseveración en que Marías “lo desconoce todo, absolutamente todo, sobre las Fiestas de San Juan”. Bravo parte de un error de base: suponer que cualquier persona que desconoce lo relativo a los sanjuanes es un ignorante, cuando uno puede ser la persona más culta del planeta y no saber nada acerca de las citadas fiestas. José Luis Bravo hace gala aquí del sorianismo más cerril, de ese que que niega la cualidad de soriano a todo ciudadano nacido o residente en Soria que no vive o que no defiende las fiestas de San Juan. La visión que Marías da de las citadas fiestas (“la murga non-stop -día y noche- que las llamadas “peñas” endilgan a los habitantes con unas monótonas charangas”) es la lógica en una persona a la que no le gusta ninguna fiesta y que ha vivido en El Espolón. Si Marías no sabe más de las citadas fiestas es, lisa y llanamente, porque no le ha interesado saber más sobre ellas, y sería pintoresco llamarle ignorante por ello.

El quinto adjetivo con el que Bravo moteja a Javier Marías es “despectivo”, porque éste critica ciertos eventos deportivos que tienen lugar en torno al Espolón; Bravo recuerda que uno de ellos era una carrera benéfica. Yo no tengo nada que objetar a una carrera si son buenos los propósitos que la animan, pero Marías lleva razón en que cada dos por tres se organizan en el centro eventos que se quieren adornar innecesariamente con el alquiler de potentes altavoces para que no sólo la locución, sino músicas que no vienen a cuento se emitan a un volumen indecente durante horas. Y quisiera añadir, a este respecto, algo contra lo que Javier Marías nunca ha protestado porque no conduce: cada vez que se celebra una de estas competiciones se corta el tráfico en El Espolón, cuando no en la calle Sagunto, obligando a los vecinos de la zona que sí conducen a dar continuos rodeos.

El sexto y último adjetivo que el periodista soriano aplica al académico es “desagradecido” frente a una ciudad que lo acogió y que “le convirtió en un hijo predilecto del que nos sentíamos orgullosos. Hoy, porque le molesta un bar debajo de casa, suelta una coz y dice que se va”. Con permiso de Bravo, voy a darle la vuelta a su argumento: Javier Marías ha estado años pasando amplias temporadas en Soria y publicando regularmente artículos en los que ha elogiado a nuestra ciudad y a sus gentes; ahora, por un solo artículo (en el que además no deja de evocar muchas de las cosas buenas que le pasaron en Soria), va Bravo y se pone como se pone. ¿Y tampoco se acuerda de los cinco millones de las antiguas pesetas que Marías donó al C. D. Numancia? ¿Quién es el desagradecido aquí?”

P.D.: En un ejercicio de pluralismo informativo sin precedentes, Heraldo de Soria publica hoy (un día después de crear yo esta entrada) tres cartas de sendos lectores indignados con el citado artículo de Javier Marías. Ni rastro de mi artículo, ni de una carta al director que envié antes de leer las cinco columnas citadas, ni de escritos de otras personas (si es que existen y no estoy solo en esto) a favor de Marías.

Obra en las aceras


En la calle Isabel Rebollo de Soria acaban de levantar unas aceras que estaban en buen estado para hacerlas nuevas. ¿Qué sentido tiene que un ayuntamiento muy endeudado y que ya ha presentado un plan de recortes promueva una obra innecesaria en plena crisis? La única respuesta que se me ocurre es que el Ayuntamiento de Soria pueda querer dar trabajo a la empresa a la que se ha adjudicado la obra, porque ya se sabe que los poderes públicos españoles bajan el sueldo a los funcionarios o a todos los asalariados (mediante la subida del IRPF) para dar trabajo a las empresas de construcción y dinero a los bancos; incluso el actual gobierno no sólo se conforma con quitar a los pobres y a la clase media para dárselo a los más ricos, sino que incluso tiene la desfachatez de sustraerle dinero a los ciudadanos honrados mientras permite que se vayan de rositas quienes defraudan grandes sumas. ¿Quién ha dicho hace poco que el marxismo ya no tenía vigencia? Si no la tiene, desde luego, debería tenerla.

Volviendo a las aceras: en tiempo de crisis sabe especialmente malo que los citados poderes públicos se gasten el poco dinero que hay en cambiar unas aceras que están en buen estado cuando unos metros más allá no sólo las hay más deterioradas sino que pueden verse, incluso, trozos de calle sin pavimentar. ¿A quién corresponden estas decisiones? ¿No tiene el Ayuntamiento técnicos que digan qué aceras están en buen estado y cuáles están mal? ¿O es que los políticos no hacen caso a los técnicos?

(Publicado por Heraldo de Soria el 11 de abril de 2012).

De Guindos y los inversores


Leo en El País que “el ministro de Economía, Luis de Guindos, se verá con el gobernador del BCE, Mario Draghi, e inversores internacionales en París y Fráncfort”. Comprendo que el ministro español de Economía se reúna con los ministros de economía de otros países europeos, incluso entiendo que se entreviste con el gobernador del Banco Central Europeo. Pero a los inversores internacionales ¿quién los ha elegido para merecer entrevistarse con un ministro de economía y para que éste haga un viaje internacional con tal propósito?

jueves, 17 de febrero de 2011

Entre bromas y veras


En un brillante ejercicio de pirotecnia literaria (“Rico, al paredón”, EL PAÍS, 13-02-2011), Javier Cercas defiende a Francisco Rico afirmando que el polémico enunciado del profesor, filólogo y académico barcelonés ("en mi vida he fumado un solo cigarrillo") no es mentira sino broma. Es curioso que Cercas haya sido la única persona capaz de captar que la frase no iba en serio, pues no sólo los numerosos lectores que protestaron por la presunta mentira no fueron capaces de entenderlo así, sino tampoco el propio Rico, a juzgar por las explicaciones que dio a la Defensora del lector del citado diario y que iban por otros derroteros.

domingo, 23 de enero de 2011

García Prieto y el sistema educativo español


Los malos resultados que los escolares españoles cosechan en el Informe PISA año tras otro no hacen cambiar de opinión a los nuevos pedagogos y a los políticos que los apoyan, que suelen salirse por la tangente con afirmaciones del tipo de que “los resultados no son tan malos”, “hay más diferencia entre los buenos y los malos alumnos de un país que entre un país y otro” o “nuestra región está a la cabeza de España y a la altura de los mejores países”.

Parece ser que los citados pedagogos y políticos no se dan cuenta de que estos malos resultados coinciden en el tiempo con la alianza entre una sociedad mucho más permisiva que la de hace unos años y dos leyes educativas siamesas: la LOGSE y la LOE. Digo yo que alguna relación habrá. Conceptos como la comprensividad, la promoción automática, la búsqueda de la igualdad de resultados y el “aprender a aprender” han tenido consecuencias como la rebaja en el nivel de los contenidos; la menor importancia de éstos en favor de procedimientos, métodos y actitudes; la pérdida de horas de asignaturas fundamentales en favor de dudosas asignaturas optativas o de nuevo cuño; la pérdida de autoridad del profesor; la asignación de un número considerable de profesores para prestar apoyos a alumnos que no quieren esforzarse mientras nadie atiende a los alumnos que destacan; la postración de los equipos directivos a los pies de los padres a la mínima queja de sus hijos, etc.

Pues bien, el veterano matemático y político Emilio García Prieto (en una carta publicada por El País el 20-01-2011), no satisfecho con los devastadores efectos de estas reformas, pide lo siguiente: “Para mejorar nuestra economía es imprescindible mejorar el factor humano, y eso es imposible si seguimos "castigando" a nuestros jóvenes a permanecer sentados en una silla durante seis o siete horas diarias escuchando trivialidades, si seguimos evaluando sus capacidades a través de exámenes escritos, la mayoría de las veces memorísticos, y si seguimos sin contar con ellos en las aulas. Nuestra economía necesita reformas pero nuestra educación necesita una auténtica "revolución": pasar de la educación del siglo XIX a la del XXI. Necesitamos jóvenes educados en el espíritu emprendedor, innovadores, creativos, con competencia digital, expertos en resolver problemas y acostumbrados a actuar en situaciones cambiantes. Desgraciadamente no es eso lo que produce nuestro actual sistema educativo.”

No sé cómo interpretar estas palabras de García Prieto. Llevamos cerca de quince años gobernados por dos leyes (la LOCE apenas hizo nada por romper este estado de cosas) que propugnan exactamente lo que García Prieto pide para nuestro sistema educativo. Una de dos: o García Prieto no se ha dado cuenta de que el fracaso del sistema educativo español es consecuencia de la aplicación de ideas similares a las suyas o este sistema es tan nefasto que no solamente no complace a personas partidarias de métodos pedagógicos “antiguos” (como yo), sino tampoco a pedagogos de la misma cuerda que los que perpetraron la LOGSE y, más tarde, la LOE (léase García Prieto).

Los magníficos resultados de Corea del Sur en el último informe PISA han demostrado que un elevado índice de exigencia y que los métodos que los nuevos pedagogos tildan de anticuados y memorísticos no son tan malos como parecían a primera vista. A diferencia del sistema español, cuyos prebostes preconizan con descaro la igualdad de resultados (en torno al cinco, claro), en Corea se apoya a los alumnos que destacan y sus buenos resultados elevan la media, cosa que parece de cajón. Es cierto que los defensores de la nueva pedagogía me podrán decir que Finlandia (el país que mejores resultados cosechó en las anteriores ediciones del citado informe) tiene un sistema educativo inspirado en principios similares a los de la LOGSE y la LOE, pero también es cierto que en el país escandinavo estos principios se llevaron a cabo con muchos más medios, los profesores están mucho más motivados que sus homólogos españoles y el prestigio de que gozan en la sociedad finesa es mucho mayor que el que los docentes de nuestro país.

Tal vez lo importante no sea seguir unos u otros métodos, sino el llevarlos bien a cabo. ¿Es ese el motivo de que García Prieto pida que hay que llevar a cabo lo que en teoría ya se ha hecho, como si no se hubiera hecho?

miércoles, 27 de enero de 2010

Ana Vega Toscano, nueva directora de Radio Clásica


Según informa El País de hoy,

http://www.elpais.com/articulo/Pantallas/Cambios/cupula/Radio/Nacional/elpepurtv/20100128elpepirtv_1/Tes

"Ana Vega toma el relevo de Fernando Palacios, al frente de Radio Clásica."

Deseo una larga vida a Ana Vega Toscano como directora si hace lo que tantos melómanos esperamos de ella: hacer que vuelva la Radio Clásica de antes, pero aportando, sin excesos, su propio sello. Pido que, a diferencia de su antecesor, se aleje de la tentación de hacer cambios y experimentos con gaseosa.

Espero que se deje llevar por la cordura y buen criterio que ha mostrado hasta ahora y que escuche a las 107 personas que protestamos en su momento por la desaparición de cierto programa, a las 156 que protestamos por la entonces nueva programación de Radio Clásica en su conjunto, a los 200 firmantes del manifiesto "Salvemos RNE" y a los -hasta el momento- casi 600 miembros del grupo de Facebok titulado “Por la vuelta de la Radio Clásica de antes”.

Copio aquí la declaración de intenciones de este último grupo para pedirle a Ana Vega que ninguna injerencia extraña ni ninguna orden de arriba le obligue a ignorar nuestra propuesta, que espero que sea también la suya:

“Pedimos que el objetivo de Radio Clásica siga siendo emitir música clásica (y no "las músicas que no emiten el resto de las emisoras comerciales al uso" ni contenidos extramusicales) y que los programas sean encomendados a los profesionales más competentes que sea posible.”

Gracias, desde aquí, a todas personas que os habéis unido al citado grupo de feisbuc, grupo que tal vez haya sido sólo un granito de arena en la sorprendente decisión de Benigno Moreno, pero que quizá ha sido un capítulo más o menos importante en la lucha que tantos oyentes de a pie (Enrique Castro, yo mismo o tantos otros) hemos estado llevado a cabo los dos últimos años en diversos foros en pro del modelo de Radio Clásica que tan acertadamente defendieron en su momento José Manuel Berea o Arturo Reverter.

miércoles, 13 de enero de 2010

Veinte discos que me han marcado (según una sugerencia de Ana de la Robla)


Esa polifacética dama de las culturas cántabra y universal que es Ana de la Robla ha publicado en su perfil de Facebook una lista de los veinte discos que la han marcado, a la par que nos ha animado a más personas a que hagamos lo propio. La condición era que no había que pensárselo mucho, requisito que me ha parecido bien. Por más que Ana haya podido no pensarlo en ese sentido, a mí la cosa me recuerda a eso de "cinco discos para llevarte a una isla desierta", aunque el hecho de que sean veinte le da a uno bastante más holgura. Una vez publicada la lista en feisbuc, se me ha ocurrido publicarla aquí también.

1) Perotin, Obras. The Hilliard Ensemble, ECM.
2) La Reverdie, Bestiarium. Cantus.
3) Missa Cantilena, Mala Punica. Pedro Memelsdorff, Erato.
4) Cara, Tromboncino y otros, Barzellette. Retrover, Markus Tapio, opus 111.
5) Josquin, Motetes, Stabat mater. La Chapelle Royale, Herreweghe, Harmonia Mundi.
6) Palestrina, The Palestrina 400 Collection. Tallis Scholars, Peter Phillips, Gimell.
7) Monteverdi y otros, De amore e tormenti. Dúo Andueza-Fernández. NB Records.
8) Matteis y otros, An Excess of Pleasure. Palladian Ensemble, Linn.
9) Vivaldi, Las cuatro estaciones. Carmignola, Sonatori della Gioiosa Marca, Divox.
10) Bach, La Pasión según san Mateo. Kart Richter II (Mathis-Baker-Schreier-Dieskau-Salminen), Archiv.
11) Haendel, El Mesías. Pinnock (Augeer, Von Otter, Chance, Crook, Tomlinson), Archiv.
12) Mozart, La flauta mágica. Solti I (Lorengar, Burrows, Deutekom, Prey, Talvela). Decca.
13) Beethoven, Sinfonías, Orquesta de Cleveland, Szell. Sony.
14) Schubert, La bella molinera, El viaje de invierno, El canto del cisne, Fischer-Dieskau y Moore II, DG.
15) Chopin, Nocturnos. Arrau, Philips (alternativas: los dos Conciertos para piano, con Zimerman tocando y dirigiendo, o la Balada nº 4, también por Zimerman).
16) Tchaikovsky, Sinfonías 4, 5 y 6. Mravinsky, DG.
17) Puccini, Tosca. De Sabata (Callas-Di Stefano-Gobbi). EMI.
18) Schoenberg, The Arnold Schoenberg Exposition. Varios intérpretes, Sony.
19) Luis de Pablo, Senderos del Aire y otras obras, Tadaaki Otada, Col legno.
20) The Beatles, álbum rojo y álbum azul (recopilatorios). EMI.

lunes, 4 de enero de 2010

Ha muerto Vjekoslav Sutej


A través de www.mundoclasico.com (revista virtual en la que colaboro desde hace unos meses) me entero de la triste noticia de la muerte del que fuera el primer director titular de la Orquesta Sinfónica de Sevilla, el croata Vjekoslav Sutej.

Estuve viviendo en Sevilla entre los años 1989 y 1993, y pude asistir como espectador a la creación y a las primeras temporadas de la Sinfónica. Por aquel entonces sólo había en España tres orquestas de un cierto nivel: la Nacional y la RTVE en Madrid, y la Ciudad de Barcelona en la ciudad condal. Acostumbrados a orquestas de aficionados en el resto de las ciudades españolas, escuchar los primeros conciertos de una orquesta de la categoría de la Sinfónica de Sevilla era como asistir a un milagro. Sutej no sólo fue su primer titular, sino que escuchó uno por uno en las audiciones a los que serían más tarde sus componentes. En aquellos primeros años sevillanos sin ópera no pude comprobar la acreditada fama que Sutej tenía dirigiendo en el foso, aunque sí pude disfrutar de sus extraordinarias, precisas y vigorosísimas ejecuciones del nacionalismo ruso (Tchaikovsky, Rimski-Korsakov, Stravinsky, Prokofiev) y del posromanticismo alemán (Mahler y Richard Strauss). El público era prácticamente unánime en alabar la maestría del croata (cuando venían directores invitados, salvo Víctor Pablo Pérez, la orquesta siempre sonaba peor) y tan sólo un crítico, que ahora se hace el sueco, se atrevió a poner en entredicho su calidad, con generalizaciones de trazo grueso que tal vez provinieran de no saber separar lo personal (algún desencuentro dicen que hubo) y lo profesional.

Descanse en paz.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

La música y sus fronteras


Una de las manifestaciones –y no de las peores- de lo políticamente correcto es el afán de valorar producciones artísticas subestimadas hasta hace poco, bien por provenir de civilizaciones alejadas de Occidente o por pertenecer a la cultura popular. Pero esta sana valoración positiva ha tenido una consecuencia mucho más discutible, cual es la de creer que no existen fronteras ni divisiones entre unas y otras manifestaciones artísticas.

Sin duda, es el afán por valorar de un modo positivo lo popular lo que ha provocado que no se quieran ver las diferencias que existen entre lo popular y lo culto. Pondré tres ejemplos de esta postura: el primero, un sesudo artículo, publicado en Internet, que identifica a Björk con Karlheinz Stockhausen. El segundo, una afirmación del actual director de Radio Clásica, Fernando Palacios: “¿Qué es música clásica? ¿Quién sabe qué es música clásica? ¡Yo no sé qué es música clásica!”. Y el tercero, un reciente artículo de Antonio Muñoz Molina, en el que el escritor jiennense argumenta lo siguiente con su prosa ejemplar: “Críticos, programadores, teóricos, legisladores de la modernidad, dividen la música en territorios estancos, en escuelas incompatibles entre sí: o tradición o vanguardia, o música popular o música culta, o ruptura o folclore (…) Esas fronteras, tan queridas por los pedantes, o por los que aspiran a expedir certificados de vanguardismo o autenticidad, no han existido nunca para los músicos de verdadero talento, que son siempre más abiertos y más generosos que los discípulos fundadores de ortodoxias.” (Antonio Muñoz Molina, “Músicas de un siglo”, El País, 03/10/2009). La influencia de la música popular en muchas músicas cultas ha sido esgrimida por Muñoz Molina y otros pensadores para justificar la no diferenciación entre unas y otras músicas cuando es, precisamente, uno de los mejores ejemplos de la existencia de estas fronteras: sin ir más lejos, los compositores nacionalistas del siglo XIX se diferencian de otros compositores contemporáneos suyos solamente porque aquéllos son influidos por la música tradicional de su país y éstos no. Prescindir de estas fronteras supondría tener que dejar de hablar de nacionalismo en música y suprimir este capítulo de los manuales.


Exceptuando el caso de Palacios (para quien “ampliar el concepto de música clásica” es un recurso interesado que pretende justificar la emisión en Radio Clásica de músicas que hasta entonces no se habían emitido), en los demás casos nos encontramos con declaraciones de buenas intenciones por parte de melómanos, declaraciones que no se ven ratificadas por el análisis técnico de estas músicas: las fronteras existen, por más que las influencias entre unos y otros tipos de músicas hayan sido constantes y muy fructíferas. Así, el genial divulgador Pierre Charvet desmontó con su habitual clarividencia la identificación entre Björk y Stockhausen en poco más de un minuto de su Mot du jour. La afirmación de Fernando Palacios, por otra parte, quedó en entredicho cuando éste dijo en su propio programa que Luisa Fernanda, de Moreno Torroba, destacaba por su equilibrio entre lo culto y lo popular. ¿No había dicho antes que no sabía qué era lo culto? Y, por último, Muñoz Molina, dos años antes de defender la inexistencia de fronteras entre la música culta y la música popular, reconocía implícitamente en otro artículo su existencia, al comparar favorablemente a los intérpretes de música popular cuando cantan o tocan música culta con los intérpretes de música culta cuando cantan o tocan música popular (Antonio Muñoz Molina, “Adefesios”, Scherzo, octubre de 2007).

No quiero aburrirles con las diferencias técnicas que hay la música culta y la música popular urbana: no quiero alargar más este artículo. Otra vez será. Y si no, escuchen el citado Mot du jour de Pierre Charvet en los archivos virtuales de France Musique.