
Del todo hastiado por los fastos de Machado en Soria y afectado aún por la resaca del autobombo del Otoño Musical Soriano (un buen festival que no ha conocido este año su mejor edición, pero sí la más exitosa), para mí ha sido un soplo de aire fresco el maravilloso concierto que las chicas de
Si buenos son sus discos, mejores son aún cantando y tocando en vivo. Las dos hermanas de’ Mircovich (Ella y Elisabetta) y las dos hermanas Caffagni (Livia y Claudia) son unas artistas excepcionales, que dominan todos los resortes de la interpretación de la música medieval. Yo estaba acostumbrado a ver en estas lides a otros cantantes que cantan y no tocan (o tocan de esas maneras) y a otros instrumentistas que tocan y no cantan (o cantan para salir del paso), pero estas italianas cantan a las mil maravillas (con unas bellas y afinadísimas voces nada o escasamente impostadas) y tocan varios instrumentos con consumada maestría. Y tocan y cantan a la vez como si tal cosa. Les da lo mismo cantar a cappella, que tocar estampies sólo con instrumentos, que mezclar instrumentos y voces. El resultado siempre es magnífico.
Además de dominar la técnica, interpretan este repertorio con una musicalidad que se demuestra tanto en la ejecución, llena de vida (con esos reguladores y esos ritardandi que no sabíamos si se utilizaban o no en
No se ha anunciado lo suficiente este concierto, ni los dos anteriores que el conjunto